Amplio repudio ha provocado el discurso del Comandante en Jefe del Ejército, Humberto Oviedo, en la ceremonia de juramento a la bandera el pasado 9 de julio, en el que reivindicó la controvertida doctrina de la “obediencia debida” y aludió al “contexto histórico” para intentar reducir la responsabilidad de los involucrados en graves violaciones a los derechos humanos cometidas bajo dictadura.

La Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi rechazó las expresiones del uniformado, señalando que tienden a cuestionar lo obrado por los tribunales respecto a crímenes de lesa humanidad, frente a los cuales la calidad de subordinado no exime de responsabilidad penal al perpetrador. Las palabras de Oviedo representan una advertencia hacia los demás poderes del Estado para tratar de impedir el cierre el penal y el envío de sus huéspedes a una cárcel común, y también una acción de presión para abrir la posibilidad de indulto e impunidad hacia estos reos.

Para Villa Grimaldi lo anterior resulta grave, pero también las ideas que subyacen a las palabras del uniformado. Aunque Oviedo no profundizó más en su argumento, dejó la impresión que el viejo discurso de Augusto Pinochet y la extrema derecha nativa sigue flotando por los cuarteles. Es decir, la idea de que el 11 de septiembre se verificó por el clima de polarización de la sociedad chilena, la posibilidad de una guerra civil por la actuación de actores políticos que convocaban a la lucha armada y un gobierno de izquierda que burlaba la constitución y pretendía establecer una dictadura “marxista”. En este ambiente las FF.AA. habrían tenido que librar una “guerra” contra fuerzas subversivas, cometiendo excesos lamentables pero comprensibles al tenor del “contexto”.

Las palabras del general dejan en mal pie el discurso oficial de la transición, que ha puesto el acento en la normalización de las relaciones con las FF.AA. y no tanto en los discursos subyacentes y la formación que reciben los oficiales y el personal subordinado. Especialmente en materia de derechos humanos y en la historia reciente de Chile.

Para la Corporación Villa Grimaldi la intervención de Oviedo impone a la sociedad en su conjunto preocuparse por el tipo de formación que se otorga en las instituciones armadas. No es posible avisorar un futuro donde no vuelvan a repetirse los horrores de la DINA y su cuartel Terranova, si en las FF.AA. se sigue pensando que un contexto histórico determinado justifica o morigera la comisión de delitos de lesa humanidad y asegura la impunidad a los perpetradores.