Por su vasta trayectoria como abogada humanitaria y la lucha que protagonizó contra el terrorismo de Estado impuesto por la dictadura cívico-militar, la jurista Fabiola Letelier del Solar recibió el pasado lunes, el Premio Nacional de Derechos Humanos, reconocimiento que le fue otorgado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

La profesional se desempeñó en el primer organismo de defensa de los perseguidos tras el golpe de Estado, el Comité Pro Paz, del cual pasó a la Vicaría de la Solidaridad, y a finales de 1980, por petición de la religiosa Blanca Rengifo co-fundó y encabezó por casi una década el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU).

En su discurso de agradecimiento por el premio, la abogada hizo especial mención de Rengifo y del sacerdote Rafael Maroto con quien compartió en el directorio de CODEPU. Con ellos y la colaboración de abogados, familiares de presas y presos políticos, educadores y educadoras, activistas y dirigentes estudiantiles, de pobladores, de mujeres, sindicales y trabajadores culturales, Letelier dió vida a una singular organización de derechos humanos. El CODEPU no solo asumió la defensa jurídica de presos políticos y perseguidos, o la asistencia a familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, también coordinó la acción de colectivos de activistas de diferentes frentes sociales, impulsó la educación popular y a través de su directorio, compuesto por personalidades representativas de diferentes sectores políticos, contribuyó al proceso de restablecer la unidad de la izquierda que con posterioridad daría nacimiento al Movimiento Democrático Popular (MDP).

Al frente del CODEPU Fabiola Letelier fue más que una abogada. “La historia me obligó -expresó en su discurso- a vivir como una luchadora social, y hoy puedo decir que estoy contenta con mi vida aunque haya sido dura”. La historia la llevó a encabezar una institución que rápidamente se convirtió en un epicentro de activismo social y político antidictatorial y también en blanco de la represión. En agosto de 1982 la sede del Comité, ubicada en la calle Grajales, fue atacada e incendiada por la Central Nacional de Informaciones (CNI), cuyos agentes detuvieron a todos los que se encontraban en el recinto, entre ellas a la religiosa Rengifo. Más de un año después otra sede, esta vez en la calle Brasil, fue allanada por policías, quienes confiscaron diversos bienes y arrestaron a la mayoría de profesionales que conformaban el equipo de educación popular.

A mediados de los ochenta sobrevino otro ataque, esta vez la sede de calle Bandera, pero el golpe más brutal ocurrió el 2 de julio de 1984 con el asesinato del profesor Patricio Sobarzo, quien encabezaba el Regional Santiago de CODEPU. El docente participaba en una acción humanitaria que buscaba llevar auxilio médico a un combatiente herido del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), cuando fue detenido por un operativo de la CNI y acribillado estando inerme. Pese a este golpe el Comité logró recuperarse y continuar su labor, proceso en el cual Fabiola Letelier fue fundamental.

En su alocución, la abogada evocó la figura de su hermano, el ex canciller chileno, Orlando Letelier, asesinado en Washington en un ataque coordinado por la DIrección de Inteligencia Nacional (DINA). “Tus recuerdos y tus palabras me impulsaron a mantenerme firme. Yo no podía fallar a su memoria”, rememoró emocionada la Premio Nacional de Derechos Humanos 2018.

Por su parte la directora del INDH, Consuelo Contreras, agradeció la labor de Fabiola, señalando “gracias por tu lucha sin tregua por la verdad y la justicia, te enfrentaste a los principales poderes que una dictadura puede tener, su policía secreta, responsables de graves violaciones a derechos humanos, tales como asesinatos, secuestros y torturas. Para ello se requiere mucha fuerza, valentía y compromiso”.

“Fabiola pertenece a una estirpe de mujeres valientes y luchadoras, que a través de la historia han contribuido a hacer de Chile un mejor país. Ahora ella entrega su legado a otras, a las niñas y mujeres que hoy luchan y reivindican sus derechos en sus casas, en la calle, en las escuelas, en los trabajos, en las universidades, en sus relaciones de pareja, un ejemplo de vida que la hace merecedora de este premio”, sostuvo Contreras.

Numerosos profesionales que integraron los diversos equipos de trabajo de CODEPU y veteranos activistas sociales se hicieron presentes en el hall principal del Museo de Bellas Artes, escenario de la premiación a Fabiola Letelier. Fueron a acompañarla en este merecido reconocimiento a su trayectoria, pero también a recordar a los ausentes y la historia que protagonizaron junto a la anciana jurista que tras recibir el reconocimiento levantó su puño desafiante.