Familiares, amigos y camaradas de Rosa Soliz Poveda efectuaron un sencillo acto de homenaje en el Parque por la Paz Villa Grimaldi, a la militante socialista, secuestrada y desaparecida a manos de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). En el acto se puso en relieve la historia de Rosa, que la llevó a asumir con entusiasmo la lucha por las transformaciones sociales impulsadas por el gobierno de Salvador Allende y luego a la resistencia clandestina contra la dictadura cívico-militar.

En 1960, durante el gobierno de Jorge Alessandri, se llevó a efecto una sacrificada huelga de mineros de Lota que sería conocida como la ‘huelga larga’. Su duración puso a prueba  la resistencia de los trabajadores y sus familias y determinó a los huelguistas evacuar a miles de niños a hogares de familiares y a otras ciudades como Santiago, donde se organizó la acogida de más de dos mil hijos de mineros. Entre esos niños y niñas iba Rosa Soliz Poveda, una menor de nueve años iniciada a temprana edad en las duras luchas de los mineros del carbón.

Sus hermanos recuerdan a Rosa como la mejor alumna de la Escuela Nº 19 de la Caleta El Blanco de Lota, y luego, cuando la familia se trasladó a Santiago en 1963, su excelente rendimiento como alumna de los Liceo Ramón Freire e Ignacio Carrera Pinto, ambos de la comuna de Conchalí.

Interesada por las luchas sociales a temprana edad, montó en su casa una especie de mini escuela para enseñar a leer a los vecinos y comenzó a vincularse a la Juventud Socialista.

En 1970 Rosa fue puntaje nacional en la Prueba de Aptitud Académica (PAA), lo que le permitió ingresar a la Universidad de Chile, a la carrera de Enfermería.

En la universidad se integró al Partido Socialista, participando en un núcleo junto a Carlos Lorca, Michelle Peña, Carolina Wiff, Sara Donoso, Michelle Bachelet, entre otras y otros.

El sueño de construir el socialismo en Chile, ‘con sabor a vino tinto y empanadas’, como lo definió Salvador Allende, fue interrumpido violentamente el 11 de septiembre de 1973. La juventud que se comprometió y luchó por ese proyecto socialista fue considerada enemiga por el régimen de facto y miles fueron reprimidos, más aún aquellos que buscaron resistir desde la clandestinidad. A Rosa y su compañera carrera Sara Donoso, la Universidad de Chile, intervenida por los militares, les canceló la matrícula.

El 7 de julio de 1975 Rosa es secuestrada por la DINA en el marco de una operación que buscaba aplastar los esfuerzos reorganizativos que impulsaba la dirección clandestina del Partido Socialista, encabezada por Carlos Lorca. Días después seguiría la misma suerte su amiga y compañera Sara Donoso. Ambas militantes desarrollaban labores de enlace entre los miembros de la dirección clandestina y otras tareas de resistencia a la dictadura.

Ambas son detenidas desaparecidas. Una placa instalada en Villa Grimaldi, lugar probable de su secuestro, recuerda y rinde homenaje a Rosa y a Sara, fieles representantes de aquella juventud que quiso construir el socialismo a la chilena y luego rindió la vida luchando contra una dictadura brutal.

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3 de agosto de 2018