La figura inconfundible de Ana González (Tocopilla, 1925 – Santiago, 2018) se echará de menos en Villa Grimaldi. Con su eterno cigarrillo entre los dedos, fue asidua visitante  y participante entusiasta de actos conmemorativos y eventos culturales en el sitio de memoria. Su testimonio de vida y lucha forma parte del archivo oral de la institución y en el se refleja no solo la tragedia que se abatió sobre el país y sobre su familia tras el golpe cívico-militar, sino también el surgimiento de un nuevo actor en la lucha contra el terrorismo de Estado representado en estas madres, esposas, hijas y hermanas que se organizaron para buscar a sus familiares secuestrados y desaparecidos, conocer la verdad y exigir justicia. La Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi lamenta el fallecimiento de Ana, valorando su aporte a la promoción y defensa de los derechos humanos en Chile.

Ana González que nació en la oficina salitrera El Toco, cercana a Tocopilla, vivió uno de los lados más crueles de la dictadura cívico militar chilena. El 29 de abril de 1976, agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia Nacional (DINA) detuvieron a dos de sus seis hijos, Luis Emilio y Manuel Guillermo, y a su nuera Nalvia Rosa Mena Alvarado, esposa del mayor y quien se encontraba embarazada al momento de la detención. Al día siguiente, su marido, Manuel Recabarren Rojas, también fue secuestrado. Todos ellos eran militantes comunistas.

Recabarren Rojas, de 50 años, que salió de su casa temprano para buscar a sus dos hijos y a su nuera fue secuestrado en la misma puerta, y algunos testigos dicen haberlos visto a todos ellos en el centro de secuestro, torturas y exterminio Villa Grimaldi. Allí se les pierde la pista para siempre. Sus nombres hoy son parte de la lista de detenidos desaparecidos y ejecutados polìticos que están grabados en el memorial de los nombres de nuestro sitio de memoria.

Símbolo y mudo testigo de ese doloroso momento, es el portón de la casa donde vivió siempre en la comuna de San Joaquìn, portón que nunca más se volvió a abrir, tras la desaparición de los integrantes de su familia.

La vida de Ana González, se transformó en una vida de batallas, de detenciones, de acciones de denuncia en la calle y en tribunales, que la llevó en junio de 2000 a interponer una querella contra Augusto Pinochet por la desaparición de sus cuatro familiares, y en 2011 estuvo nominada al Premio Nacional de Derechos Humanos.

En su larga trayectoria de activa defensora de los derechos humanos, González, fue parte de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos(AFDD), convirtiéndose en una de sus principales dirigentas, junto con Sola Sierra, Mireya García, y Viviana Díaz. Participó en una huelga de hambre en la sede de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y fue representante de la AFDD junto a Gabriela Bravo y Ulda Ortiz en diversas instituciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Cruz Roja Internacional, la Comisión Internacional de Juristas, la Santa Sede, Amnistía Internacional, entre otras.

Para Villa Grimaldi, la partida de Ana González en un contexto de un país donde campea la falta de verdad y de justicia, sumado a la impunidad que persiste tras 45 años del Golpe de Estado, impone no sólo homenajearla, sino continuar en la lucha por la memoria y los derechos humanos de la que ella formó parte hasta su fallecimiento.

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Fotografías de Ana González en el Teatro por la Vida de Villa Grimaldi, abril 2011