En noviembre de 2012 Laurisa finalmente pudo marchar tras el féretro que contenía fragmentos de huesos del cuerpo de Yenny Barra, su hija, desaparecida desde Villa Grimaldi en octubre de 1977. Treinta y cinco años más tarde, Laurisa del Carmen Rosales Nacarete, la infatigable buscadora, lograba realizar el rito de despedida de Yenny, que la dictadura y los perpetradores le negaron por décadas y se lo siguen negando a los familiares de más de un millar de detenidas y detenidos desaparecidos.

Ahora Laurisa ha partido y nos deja como legado su ejemplo y su rostro, esculpido por los años de búsqueda, de sufrimiento y resistencia. Bello rostro de pueblo digno, que seguirá demandando saber el paradero de todas y todos los que se llevaron y sumieron en la obscuridad.

Desde el Parque por la Paz Villa Grimaldi, recordamos a Yenny y sumamos a este recuerdo imborrable a Laurisa, ambas presentes con honores en la memoria de este pueblo.

Un abrazo fraterno a su familia y a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en la cual participaba.