Las imágenes de estas últimas semanas han mostrado a estudiantes, hombres y mujeres, arrastrados por policías fuertemente armados en el marco de las movilizaciones sociales que demandan una educación de calidad. Las denuncias de vejaciones y abusos en cuarteles y vehículos policiales a jóvenes estudiantes, menores de edad, se han incrementado en el último tiempo. Estas indignantes imágenes, no hacen sino rememorar la violencia ejercida por militares y carabineros contra universitarios y secundarios luego del golpe militar.

Es preocupante constatar que frente a este accionar, las autoridades que debieran encauzar las demandas de una educación pública y de calidad por mecanismos políticos e institucionales, tienen también como principal respuesta la represión, la criminalización de la movilización y el desconocimiento de la condición de interlocutores válidos a la dirigencia estudiantil.

Villa Grimaldi, como sitio de memoria, es el testimonio fehaciente de los grados que puede alcanzar la violencia ejercida por el Estado. En este lugar y en otros centros clandestinos de la DINA, fueron muchos los jóvenes detenidos, torturados, asesinados y convertidos en detenidos desaparecidos. Alfonso Chanfreau de la Universidad de Chile, María Isabel Joui que fuera dirigente del Liceo 3 de Niñas o Mauricio Jorquera y Luis Valenzuela del Instituto Nacional, este último candidato a presidente de la entonces Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (FESES), símil de lo que hoy es la ACES y la CONES.

En el caso de las estudiantes, el accionar de Carabineros busca inhibir su participación a través de la represión brutal sobre el cuerpo, provocando reacciones de vergüenza y humillación en adolescentes, quienes aún no han desarrollado las herramientas para enfrentar este tipo de agresiones, muchas veces, socialmente instituidas.

Dirigentes estudiantiles denuncian seguimientos, intervenciones telefónicas y aprehensiones por civiles. Estas agresiones se reiteran en Antofagasta, Calama, Rancagua y Santiago como lo han dicho organizaciones que dan curso a las denuncias y acompañan a las víctimas.

En este contexto, Villa Grimaldi expresa su respaldo a los estudiantes, que hoy como ayer, luchan por sus derechos y su dignidad.

Demandamos el cese de la presencia en los establecimientos educacionales de piquetes de uniformados y el fin de los abusos contra los estudiantes y particularmente, el de aquellos abusos sexistas de los funcionarios policiales contra las mujeres.

Llamamos al gobierno, al parlamento, a las autoridades regionales y comunales y a las jefaturas policiales para que detengan esta escalada represiva cuanto antes. No queremos que se repitan hechos como la muerte del joven adolescente Manuel Gutiérrez, muerto por proyectiles policiales en la comuna de Macul. Las autoridades deben comprender que la represión no detiene las demandas, sino que las radicaliza y muchas veces extiende.


Respaldamos las demandas de nuestros jóvenes estudiantes, secundarios y universitarios, que aún no tienen respuestas efectivas, eso lo consideramos un deber ético para todas y todos nosotros. Como sitio de memoria, trabajamos día a día por una educación de respeto y promoción por los derechos humanos, postulamos una cultura participativa e inclusiva, sin represión ni abusos para que la democracia pueda efectivamente profundizarse.

DIRECTORIO CORPORACIÓN PARQUE POR LA PAZ VILLA GRIMALDI
Peñalolén, 22 de agosto 2012.