Plano centro de detención

El conocimiento que hoy se tiene sobre el plano del Cuartel Terranova ha sido posible gracias a los testimonios de los sobrevivientes, que lo primero que recuerdan es el ingreso por el portón metálico que resguardaba la entrada poniente del recinto. Junto a éste, se ubicaba una caseta que servía como estación de vigilancia, donde un guardia registraba las entradas y salidas de los vehículos.

El primer destino de la mayoría de los secuestrados era la casona principal del recinto, donde sucedían los primeros interrogatorios y registro. De este espacio, los sobrevivientes recuerdan las escalinatas de acceso y las baldosas del piso de la casa, que ellos podían observar a través de sus vendas.

Traslado de prisioneros en interior del Cuartel Terranova. Dibujo de Miguel Montecinos, ex prisionero político.

Los detenidos tenían como siguiente destino las celdas de reclusión, que se armaron adaptando antiguas bodegas y construcciones del lugar. Las ‘Casas Chile’eran construcciones de madera destinadas al aislamiento individual, que consistían en secciones verticales similares a closets donde el detenido debía permanecer de pie, a oscuras, durante varios días. Sin embargo, en la mayoría de las veces eran ocupadas por tres o más prisioneros. Las ‘Casas Corvi’ eran pequeñas piezas de madera construidas en el interior de una pieza mayor. Aparentemente era el lugar donde permanecían los detenidos que estaban siendo sometidos al régimen mas intenso de interrogatorios y torturas.

Avanzando hacia el sur del cuartel se ubicaba la celda de las mujeres, una bodega de veinticuatro metros cuadrados que la DINA adaptó como lugar de reclusión. La mayoría de las detenidas fueron llevadas a otras celdas, pero permanecían en esta gran pieza que alguna veces contaba con colchones que debían ser compartidos.

Guardia tras puerta metálica en Casas Chile. Dibujo de Miguel Montecinos, ex prisionero político.

En el sector sur oriente del predio, alejada de las celdas, se ubicaba ‘La torre’, estructura que sustentaba un depósito de agua que proveía de riego al lugar. En su interior se construyeron pequeñas celdas de setenta por setenta centímetros de largo y dos metros de alto aproximadamente, con una puerta pequeña en la parte baja que obligaba a entrar gateando. Cada celda mantenía hasta cuatro prisioneros en un régimen de encierro permanente. ‘La torre’ disponía también de una sala de torturas. Aparentemente las personas llevadas allí, eran detenidos de cierta relevancia que habían terminado su etapa de interrogatorios intensos. A muchos de quienes permanecieron en ‘La torre’ no se les volvió a ver. En el cuarto piso se ubicaba la zona de vigilancia, donde un guardia observaba desde la altura lo que ocurría en el cuartel y sus alrededores.