Mi corazón está saltando, es  como un premio haber venido, dijo Denise, al actuar con Aguaturbia.

“Es muy emotivo recorrer y cantar por las mujeres que ya no están”, expresó Daniela Meza,  del grupo Las Pecadoras.

Se presentó el Coro de ex presas  y presos políticos Voces de la Rebeldía.

Se homenajeó a las pobladoras de Peñalolén y la literatura estuvo a cargo de Pía Barros.

Por Carlos Antonio Vergara

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La velaria del recinto se repletó este 8 de marzo en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.En la velada se rindió homenaje a las detenidas desaparecidas y ejecutadas de todo el país, a las mujeres pobladoras de Peñalolén y se inició con un saludo del directorio de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi.

Abrió la presentación artística el grupo folclórico Las Pecadoras, quienes cultivan la cueca y reivindican a través de sus canciones los derechos de la mujer.

“Cantamos con el pecho apretado”, dijeron al comenzar. Entre sus temas interpretaron Canto a Sola Sierra, la desaparecida ex Presidenta de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos.

Daniela Meza, vocalista y compositora del grupo señaló a www.villagrimaldi.cl que al llegar al Parque “es inevitable sentir la energía, imaginarse las cosas que sucedieron, pensar el dolor que padecieron, sobre todo las mujeres. Se llena el cuerpo de emoción, de imágenes el corazón, y uno logra empatizar en algún aspecto, en algún grado, todo lo que vivieron nuestros hermanos, nuestras hermanas”.

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“Cantar acá es vivenciar una lucha con esas mujeres, con esos hombres. Cantar para mi es una forma de luchar, de reflejar un sentimiento que pueda hacer igualar, poder cambiar lo que está mal, lo injusto. Es muy emotivo recorrer todo esto y cantar por las mujeres que ya no están”, puntualizó.Parte del público acompañó sus cuecas bailando entusiastamente.

Las ex presas y presos

También participó el Coro de ex presas y presos políticos Voces de la Rebeldía, quienes pasaron por ex centros de tortura y exterminio. Ana María Jiménez, quien lodirije,  expresó que “cantar en Villa Grimaldi hoy en el Día Internacional de la Mujer, significa para nosotras nuevamente pensar que seguimos luchando, que han pasado los años, que seguimos aquí persiguiendo los sueños, recordando a los que ya no están, a las compañeras, especialmente desaparecidas, asesinadas que ya no están con nosotros”, dijo.

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Hermosos temas,emblemáticos de la prisión fueron apoyados con guitarra y flauta. Relataron su génesis un año nuevo  en el Campo de Prisioneros de Tres Álamos, cuando 120 presas entonaron el Himno a la Alegría,faltando  cinco minutos para el 1 de enero de 1976,cántico que en la época pudieron escuchar incluso quienes no estaban reconocidos como presos y se encontraban en el centro de Cuatro Álamos, ubicado al lado.

Homenaje a las pobladoras de Peñalolén y Pía Barros  

El equipode Educación y Extensión de Redes de Villa Grimaldi rindió homenaje a numerosas mujeres luchadoras de Peñalolén, quienes durante la dictadura se organizaron, resistieron y fueron perseguidas. Se relató su historia de lucha y recibieron presentes.

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La literatura estuvo a cargo de la escritora Pía Barros, quien leyó algunos textos.

Cerró la presentación artística Denise, acompañada del grupo Aguaturbia,  quien emocionada expresó “mi corazón está saltando”, al referirse al hecho de actuar por primera vez en Villa Grimaldi.

Antes de actuar dijo que “para mí es muy importante, es como un premio haber venido”, y contó que antes de actuar visitó en la más absoluta soledad el Parque por la Paz.

En lista negra por no actuar para Pinochet

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El sitio,“además es acogedor, no es de terror, no es de temor, se puede aquí pensar, se puede meditar, pedir perdón. Eso es lo que me gusta. Este lugar es especial. Creo que ha venido mucha gente insólita, gente que a lo mejor pide perdón por otros, pero sé que es fuerte. Tengo un maestro que lo adoro, Valentín Trujillo. Me contó que una vez lo invitaron a tocar y no pudo.Fue mucho para él. Mi marido Carlos Corales, estuvo diciéndome todos los días que lo lograra, porque si para mí era tan importante tenía que lograr transmitir la emoción, pero también la alegría de que por lo menos tenemos un lugar donde venir.  Es muy profundo para mí, no es una actuación más”.

“Dicen algunos imbéciles, de derecha exactamente, ´ya pasó hay que olvidar, hay que empezar de nuevo’. Yo creo que no, yo creo que no se puede. Hice una pequeña encuesta en mis músicos, son muchachos. Si alguno hubiera tenido, conocido una persona que hubiera vivido una situación de tortura, me dijeron,  igual pelearían por todo, por justicia. Eso me gustó, pero no sé si todos pensarán así. Yo creo que lo que no se transmite vuelve a suceder. “No se puede hacer borrón y cuenta nueva”, puntualizó.

“El año 1984, me negué a cantar en un evento para Pinochet. Estaba embarazada, no quería ir. Me habían soplado, me habían dicho que yo tenía una hija, ‘que podía quedar huacha’. Me negué a ir y eso fue nefasto: Se me cerraron todas las puertas de todo el rubro artístico en televisión”, recordó.

Las cosas cambiaron en parte en 1989 cuando fue al Festival de Viña del Mar. “Yo estaba en esta lista negra, no podía trabajar. Solamente me acogió un programa de Canal 13, Sábados Gigantes.  Mandé una canción de un disco con un seudónimo. En ese tiempo, creo que era lo único decente que quedaba. Ante todos los periodistas se sacaba el seudónimo y lo habría un  notario. Cuando se dan cuenta que soy yo y Carlos (Corales) ´quedó la escoba´. Porque yo era muy favorita con mis discos en el Fortín Mapocho (diario opositor). Grabé si somos americanos y el disco  alcanzó a estar una semana. Lo sacaron de circulación. Estaba en un grupo, me invitaron a cantar y yo quise esa canción. Tuve la dicha de conocer en mis comienzos a Rolando Alarcón. A él le gustaba mi voz”, rememora.

“Yo los encontraba unos ignorantes, unos imbéciles, con estas palabras me referí  a la prensa. Hasta cuando fui a Viña. Ahí fue feo, duro. No me podían sacar, justo había ganado el No. Me tocó en 1989. Y me fue bien, fui la favorita, gané todo, fue fantástico, pero fui apuntada con el dedo. Esos  personajes tan de temer, todavía existen, están presos, pero siempre te queda adentro el miedo”, agregó.

“El rubro que yo hago es Blues y Rock. El Rock es una cosa desafiante y yo soy desafiante. Es como una actitud de vida, no necesariamente tiene que ser americanizante. Ellos le pusieron un sonido a la música, al desafío, que era la guitarra enchufada, la guitarra eléctrica”, añadió.

“Cuando asumió el Presidente Alywin en el Estadio Nacional yo venía de Viña, entonces se me invitó a cantar una canción preciosa. Fue tan emocionante  sentirme apoyada. Después me sentaron con las detenidas desaparecidas y ellas conversaron conmigo,  me cuidaron mi hija cuando salí a cantar. Yo creo que la mitad del país no sabía lo que había sucedido”, manifestó.

“Esto para mí es muy especial. La memoria está aquí en Villa Grimaldi, tiene la cualidad que tú te puedes sentar en el Memorial de las Rosas, pensar, oler. Entonces eso no se olvida”, concluyó.

La Red contra la Violencia hacia las Mujeres

Hasta el Parque por la Paz llegaron las integrantes de la Red Chilena  contra la Violencia hacia las Mujeres, quienes realizaron una Instalación, frente a la Piscina con zapatos.

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Al respecto, Soledad Rojas, señaló que “el 8 de marzo es una fecha en que se conmemora una matanza a las mujeres a comienzos del siglo XX, en una fábrica en Nueva York. En nuestra lucha que tiene muchas aristas, queremos mostrar los asesinatos de mujeres que ocurren en democracia cotidianamente, que nosotras hemos estado registrando desde el año 2001, más de 700, por sus parejas o sus familiares cercanos, también de desconocidos que las agreden sexualmente y matan. Nosotras establecemos un vínculo muy estrecho con los asesinatos de las mujeres en la dictadura, que tuvieron una alta connotación de violencia sexual también. Son asesinadas por hombres que sienten que tienen el derecho de apropiarse de los cuerpos de las mujeres sin más”.

“Los  zapatos y cada una de las siluetas representan a las mujeres que han sido asesinadas, en cada uno de estos carteles está el nombre de la mujer, su edad, la fecha, la manera cómo fue asesinada, con alto nivel de ensañamiento, de brutalidad, muestran odio, misoginia y la relación que tenían ellas con su agresor femicida. Esto es muy importante porque son las características de los femicidios, en donde los hombres que asesinan a las mujeres ejercen un control sobre sus vidas y sus cuerpos y se sienten con el derecho de disponer de sus vidas hasta el nivel de quitárselas”, aseguró.

También llegó al acto artístico cultural Rolando Jiménez, vocero del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), quien dijo que por primera vez visitaba Villa Grimaldi.

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“Estoy saldando una deuda conmigo mismo, por diversas razones no había podido venir nunca a la Villa Grimaldi. Estoy acá para conmemorar el Día Internacional de la Mujer en un país donde todavía las luchas de género, de los derechos sexuales y reproductivos, están con una deuda enorme respecto a las mujeres. Ni siquiera el horror que vivieron las mujeres durante la dictadura sensibilizó a nuestra clase política para reconocer en totalidad y en plena igualdad los derechos de las mujeres. Este para mí es un acto muy importante, salda una vieja deuda y estoy solidarizando con las compañeras de lucha que hemos tenido a lo largo de la historia”, manifestó.