Durante una semana, y como parte de la Escuela de Verano de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, se realizó con la participación de diez niñas y niños, de hasta nueve años, el ‘Tren de la memoria y los derechos’, propuesta formativa y lúdica elaborada por el Área Educación del sitio de memoria.

Según explica Karen Bascuñan, coordinadora del área, el “Tren de la memoria y los derechos», consistió en cinco sesiones, que tenían como idea acercar a los chicos y chicas participantes algunas nociones básicas sobre memorias y derechos de niñas y niños. Añade que cada sesión se pensó como un viaje por distintas estaciones, abordando en cada sesión un derecho humano como identidad, participación, memoria y discriminación.

En cuanto a la metodología, Bascuñán indica que “el tren de la memoria fue un trabajo de pedagogía de sitio de memoria propiamente tal, que dada la edad de los sujetos y sujetas que cuentan con sus propios lenguajes, implicó metodologías diferentes a las que habitualmente trabajamos con jóvenes o con adultos”. Destaca que “esto implicó desde actividades corporales y de juego, para poder dinamizar; actividades creativas y aquellas en las que hicieron trabajos colectivos. Trabajaron mucho con imágenes, con colores y con materiales que les permitían tener contacto directo con cosas que iban creando con sus propias manos, aparte de lo que escuchan y viven”. 

Destaca Karen Bascuñán, que trabajar con los niños y niñas varias horas por cinco días seguidos,   “es una modalidad a la que nosotras le tenemos cariño, porque justamente nos permite encarnar los principios de trabajo del área, en la cual podemos detenernos e ir conociendo también las trayectorias vitales de quienes configuran los grupos, y eso nos permite escuchar más allá de los enunciados generales que aparecen cuando no se generan todavía vínculos de confianza”. Explica que para el área “es un trabajo que tiene un valor diferente al de las jornadas de tres horas las cuales son potentes, pero sin duda un trabajo con continuidad y todos los días, genera otra posibilidad, abre otro aspecto de trabajo especialmente en términos de memoria”.

En la misma línea señala que el tren se entendió no como una clase. “A nosotras el trabajo que hacemos acá y al que nos sentimos convocadas no es una entrega de contenidos, porque entendemos que es en las relaciones humanas, a través del diálogo donde se ponen en juego las posibilidades de aprender y esos aprendizajes intervienen para todos lados no solamente como la adulta, en este caso, que escucha y les dice cosas a unos niños”, añade.

Agrega que “lo que pasó en el tren de la memoria y los derechos nos enriqueció  Nos ayudó a entender y a pensar en la niñez situada dentro de un sitio de memoria, particularmente en el contexto actual en que está Chile, y eso sin duda que es un aprendizaje y es un desafío también, ya que abre nuevas preguntas sobre qué tema seguir convocando, acogiendo, dinamizando desde acá”. 

En relación a los temáticas, Bascuñan, señala que más allá de los temas propuestos, “emergió de forma muy espontánea e intensa en todas las sesiones el cómo están viviendo este periodo que se abrió en nuestro país de forma explícita desde el 18 de octubre”. Agrega que uno aspecto que le parece importante valorar y visibilizar “es que las niñas y los niños tienen una apreciación y posición respecto a aquello que están observado. por ejemplo, respecto a las violencias, a las múltiples formas de violencias”.

Concluye indicando que ‘El tren de la memoria y los derechos’ ,”nos permitió aperturar un espacio donde la niñez tiene un lugar, lo ha tenido siempre, pero hoy lo queremos significar de una forma mucho más consciente y desde los sentidos de la pedagogía de la memoria”.