Lo que empezó como una manifestación de estudiantes secundarios gatillada por una nueva alza en el costo del pasaje del tren metropolitano, derivó en una inédita protesta ciudadana que devela la profundidad del descontento de la ciudadanía; no solo frente al costo del transporte público, sino frente a un conjunto de problemas derivados del modelo socioeconómico neoliberal legado por la dictadura y perpetuado por los gobiernos posteriores. El descontento es masivo, y esto se refleja también en los caceroleos pacíficos de muchas ciudadanas y ciudadanos. Descontento que se ha incrementado por el mal manejo de un gobierno que ha pretendido presentar estas manifestaciones como una acción meramente vandálica y delincuencial; «delincuentes y vándalos juveniles» a los cuales la ministra de Transporte amenazó con retirarles el beneficio de la tarifa escolar, exacerbando aún más los ánimos. 

A lo anterior se suma la decisión del ejecutivo de invocar la Ley de Seguridad Interior del Estado, y la posterior declaración de Estado de Emergencia, comprometiendo a gran parte de la dotación policial y militar de la ciudad en la represión a los manifestantes. La utilización de esta ley demuestra que el problema es de carácter político y no delincuencial, y que su solución reside en el diálogo y no en la utilización de la violencia policial o militar para intentar sofocar la protesta social.

La Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi considera que la ciudadanía tiene el legítimo derecho a expresar su descontento y no ser criminalizada por ejercerlo. Nuestra institución hace un llamado al gobierno a abrir vías de diálogo social, evitando escalar el conflicto y abrir espacio a hechos mucho más graves que evadir el pago de la tarifa saltando los torniquetes en las estaciones del Metro.

Tal como se haya inscrito en nuestro nombre, este sitio de memoria aboga por la paz, por  lo que nos manifestamos contra toda forma de violencia. Justamente por ello, destacamos que el contexto de injusticia y desigualdad social, manifestado en tantos ámbitos de la vida cotidiana de la ciudadanía, también genera violencia. El pueblo es violentado día a día; recibiendo sueldos bajos, pensiones indignas, salud pública precaria y educación desigual. El pueblo de Chile es violentado día a día; teniendo que pagar a las farmacéuticas coludidas el alto costo de medicamentos, y al resto de las empresas privadas por el alto costo de la vida. Toda esta desigualdad deriva en la desprotección y avasallamiento de la dignidad humana, cuestión que a casi 30 años del prometido retorno de la alegría resulta inaceptable. 

Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi