Así lo determinó el Consejo de Monumentos Nacionales después de una sesión en la que expusieron el arquitecto Miguel Lawner, Ana Becerra sobreviviente del Campo de prisión tortura y exterminio de Tejas Verdes y el periodista Javier Rebolledo. El inmueble estáubicado en el Balneario de Rocas de Santo Domingo. Ex prisioneros de Tejas Verdes señalaron que la tarea ahora es transformar el lugar en un centro de educación de los Derechos Humanos a las nuevas generaciones.
Texto: Equipo de Comunicaciones Villa Grimaldi. Reportaje fotográfico: Luis Fernando Arellano.
El arquitecto Miguel Lawner, el periodista Javier Rebolledo y Ana Becerra, ex prisionera política y sobreviviente de Tejas Verdes tras ser escuchados por el Consejo de Monumentos Nacionales.
El Consejo de Monumentos Nacionales declaró hoy monumento nacional el ex cuartel Rocas de Santo Domingo de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
“El triunfo es de todos los compañeros que estuvieron allí que nos dejaron este legado, de que teníamos que defender su historia su memoria. Es por ellos que esta lucha se ha dado, porque no queremos que su muerte quede olvidada”, señaló Ana Becerra sobreviviente de Tejas Verdes, después de conocida la resolución de la entidad compuesta por 18 miembros y dependiente del Ministerio de Educación.
“No queremos que esto vuelva a pasar, queremos tener más vida, queremos una casa de memoria, queremos una Escuela de Derechos Humanos. Esa es la etapa que viene ahora”, señaló Becerra en medio de la alegría de los luchadores por los derechos humanos que esperaron por horas la determinación.
El lugar había sido designado por varios investigadores y por la justicia como la verdadera “cuna” de la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), responsable de centenares de crímenes contra la humanidad.
Por su parte, Cosme Caracciolo, dirigente de la pesca artesanal y también sobreviviente dijo que es interesante rescatar los sitios de memoria, pero consideramos “que nuestros muertos y desaparecidos se merecen esto y mucho más, pero el homenaje más grande que nosotros podemos hacer es rescatar la memoria viva. Enseñarles a las nuevas generaciones el tema de los derechos humanos para que no se repita. Un pueblo que no reconoce su historia está condenado a repetirla”.
En el Balneario de Rocas de Santo Domingo, la DINA en sus inicios, instruyó a sus agentes en las técnicas de tortura y exterminio de opositores.
Luego del golpe de Estado, las distintas ramas de las Fuerzas Armadas enviaron miembros de sus instituciones para ser entrenados por la DINA en ese lugar en un número que se estima, para los primeros meses, de unos 400 a 500 efectivos, consigna el informe de la Comisión Rettig.
Sobrevivientes de Tejas Verdes celebran el triunfo
