Dirigente poblacional del campamento Nueva Habana, conocido como ‘Mickey’, fue ultimado por Rubén Fiedler Alvarado, para quien se ratificó una condena a 10 años y un día de cárcel.
En un vasto operativo realizado en Valparaíso, otras personas permanecieron varios días en el Regimiento Maipo N°2 y luego trasladadas a Villa Grimaldi, algunas de las cuales posteriormente desaparecieron.
Por Carlos Antonio Vergara
La Corte de Apelaciones de Valparaíso ratificó por unanimidad el fallo por el homicidio calificado de Alejandro Delfín Villalobos Díaz, perpetrado el 19 de junio de 1975 en el sector de Chorrillos de Viña del Mar.
Así, se confirmó la sentencia ministro en visita Julio Miranda Lillo, quien en fallo del 20 de junio de 2013, determinó que el deceso de Villalobos se produjo por un impacto de bala, disparada por un agente que participaba en un operativo realizado en Viña del Mar y condenó al agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Rubén Fiedler Alvarado a 10 años y un día de cárcel.
El Tribunal de alzada dejó sin efecto idéntica condena para Marcelo Moren Brito, tras constatarse su fallecimiento.
Villalobos fue dirigente de los pobladores sin casa del campamento Nueva Habana, sector que se conformó con grupos venidos de otras tomas de terrenos como Nueva Ranquil, Magaly Honorato y Elmo Catalán, al cual llegaron llegaron 1.500 familias y se instalaron al oriente de la actual rotonda Quilín el año 1970. La dictadura rebautizó el barrio como Nuevo Amanecer. Villalobos, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, luego del 11 de septiembre debió pasar a la clandestinidad. A más de 40 años de los hechos que provocaron su muerte, la mano de la justicia se acerca, aunque algunos de los culpables han fallecido de muerte natural.
«El día 19 de enero de 1975, Villalobos Díaz llegó hasta el inmueble ubicado en calle Abtao N°780 y Jackson N° 870 del sector de Chorrillos de Viña del Mar, que era el domicilio de un miembro del MIR, donde era esperado por varios días por un grupo de la DINA y de la Sección Segunda del Regimiento Maipo, y en instantes en que aquél se encontraba frente a la puerta de ingreso, uno de los integrantes del señalado grupo, le apuntó con un arma de fuego y acto seguido efectuó un disparo a corta distancia, dirigido a la cabeza de aquel, causándole una herida a bala, sin salida de proyectil, lo que le causó la muerte en forma inmediata», señala la sentencia.
LA DINA instala su centro de operaciones en el Regimiento Maipo
La investigación determinó que “a principios del año 1975, el Jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional DINA, por orden del integrante de la Junta Militar Almirante José Toribio Merino Castro, envió a un grupo operativo a cargo del Jefe de la Brigada Caupolicán hasta la ciudad de Valparaíso, quienes viajaron desde la ciudad de Santiago a fines de la primera quincena del mes de Enero de 1975, en un helicóptero que se posó en el patio del Regimiento Maipo N°2 de Valparaíso”.
En ese recinto militar los agentes “establecieron su centro de operaciones; primeramente en el Casino de Suboficiales ubicado al interior del referido regimiento y posteriormente en el subterráneo del Casino de Oficiales ubicado en frente”, consignó la investigación judicial.
“En los operativos realizados se procedió a la captura de los militantes o afines al grupo revolucionario, quienes eran interrogados en las dependencias antes señaladas. Los capturados eran sometidos a sesiones de tortura física y psíquica de variada índole, siento alguno de ellos trasladados al Cuartel Silva Palma de la Armada de Valparaíso y otros al Centro de Detención Clandestino denominado Villa Grimaldi, en la ciudad de Santiago. Para la realización de dichos operativos, los agentes de la DINA contaron con la colaboración de Oficiales y Suboficiales del referido Regimiento Maipo, especialmente de los integrantes de la sección segunda de Inteligencia”, detalla la resolución.
“A fin de capturar a las personas buscadas, utilizaban entre otros procedimientos, uno que llamaban ‘ratonera’ que consistía en ocupar la casa de algún miembro del Movimiento Revolucionario a fin de esperar a otro integrante o simpatizante del mismo que se apersonara al lugar para proceder a su interceptación o captura. Es así que dentro del marco antes descrito y encontrándose dentro de los listados de personas buscadas por los órganos de inteligencia, el Jefe Regional del Movimiento de Izquierda Revolucionario- MIR, don Alejandro Delfín Villalobos Díaz, se montó dicho operativo para su captura”, precisa el dictamen.
Al verlo lo asesinaron de inmediato
El testigo Reinaldo Zott Chuecas declaró ante el tribunal lo que sabía sobre la muerte de Alejandro Villalobos Díaz, conocido cariñosamente por sus compañeros y los pobladores del campamento Nueva Habana como ‘Mickey’.
A “principios del mes de enero del año 1975 la DINA dirigida por Marcelo Moren Brito, secundada por Fernando Laureani Maturana y por los agentes de la unidad Vampiro, todos Sub Oficiales de Carabineros de Chile, inicia una acción represiva, usando como base el Regimiento Maipo, en contra de los miembros del señalado movimiento en esta región, lo que dio inicio a una serie de detenciones, interrogaciones y torturas”, entre las cuales se encuentra la de Zott, producida el 17 de enero de 1975, estableció la investigación.
Zott declaró ante la justicia que “estando detenido en el Regimiento Maipo, tuvo contacto con el Capitán de Ejército, Jefe del Servicio de Inteligencia Militar, don Osvaldo Heyder Goicoechea, quien entre los días 20 a 21 del mismo mes le contó que don Alejandro Delfín Villalobos Díaz había muerto en una casa ubicada en la Chorrillos, ciudad de Viña del Mar, habitada por don Fabián Ibarra (detenido desaparecido) y su cónyuge doña Sonia Ríos (detenida desaparecida). Cuando llega a Chorrillos es sorprendido por gente de la DINA quien al verlo aparecer lo asesina en forma inmediata mediante disparos a quemarropa”.
Hernán Brain Pizarro señaló que a través de un tercero supo que Villalobos estaba en una ratonera y dentro de ella otros agentes de la DINA, al advertir su presencia le dispararon a quemarropa, sin mediar provocación alguna.
La versión fue ratificada con la de María Teresa Villalobos Díaz, ”quien da cuenta que habiendo sido detenida el día 14 de enero de 1975, se encontró en Villa Grimaldi con doña Sonia Ríos Pacheco, quien le señaló que su casa habitación fue entregada por información de un tercero, por lo que fue detenida por la DINA, quien armó en el lugar una ratonera donde esperaban llegaran personas que les interesaba encontrar, para el caso en concreto, afirma le contó que en eso tocan el timbre y ella abre la puerta con un DINA detrás suyo apuntándola con el arma, que en ese momento el DINA la empuja hacia un lado y le apunta a don Alejandro Delfín Villalobos Díaz, el cual trató de desarmar al agente lanzándose sobre él y el agente le dispara ingresando el proyectil por la mandíbula”.
Se concertaron para cometer el crimen
La justicia tomó como antecedente relevante el hecho que el director de la DINA, Manuel Contreras, con fecha 14 de junio de 1977, en recurso de amparo deducido a favor María Isabel Gutiérrez Martínez y otros. Contreras informó al Presidente de la Corte Suprema de la época José María Eyzaguirre “que en el mes de enero de 1975 se efectuó en Valparaíso, un enfrentamiento armado con el segundo jefe de ese regional del MIR don Alejandro Delfín Villalobos Díaz, quien resultó muerto. Se informa, además, la detención de Fabián Ibarra Córdova y doña Sonia Ríos Pacheco”.
Sergio Vásquez Malebrán, Julio Torres Villegas, José Fernando Saavedra Romero, Francisco de la Fuente Droguett declararon haber sido detenidos en la Región de Valparaíso, por orden de la DINA y haber permanecido privados de libertad al interior el Regimiento Maipo, en el mes de enero de 1975, “y vieron en el lugar y/o posteriormente en Villa Grimaldi a don Fabián Ibarra Córdova y/o a doña Sonia Ríos Pacheco, todo lo cual da consistencia a la conclusión de que fue la DINA quien estuvo detrás de la muerte de don Alejandro Delfín Villalobos Díaz”, precisa la resolución judicial.
El tribunal puntualizó que la circunstancia calificante del homicidio “se desprende del hecho que se montó un operativo como el descrito en los numerales I y II del considerando cuarto de esta sentencia con la finalidad de ubicarlo y eliminarlo”.
El fallo establece que el fallecido ex jerarca de la DINA Marcelo Moren Brito “concertado para la muerte facilita los medios con que se lleva a efecto el delito”.
Interrogado Moren Brito reconoció que como miembro de la DINA, “en Enero de 1975, viajó a Valparaíso, junto a un grupo de personas, con la finalidad de desarticular al MIR, para lo cual debían ubicarlos, detenerlos e interrogarlos, coordinando acciones con personal del Regimiento Maipo al efecto. Entre los detenidos recuerda a Fabián Ibarra”.
Rubén Fiedler fue premiado
El agente Fernando Lauriani Maturana señaló “que en los meses de enero o febrero de 1975, por orden de Marcelo Moren Brito transportó detenidos del MIR desde el Regimiento Maipo hasta Santiago, quienes estaban a su cargo”.
El tribunal determinó que el asesino fue RubénFiedler. Este reconoció haber trabajado en el Regimiento Maipo en enero de 1975 “y haber prestado apoyo a operativos de la DINA en la ciudad de Viña del Mar y haber tenido contacto, al menos en una oportunidad con Moren Brito”.
Además, declaró haber visto antes personalmente a Alejandro Villalobos en septiembre de 1973, cuando “concurrió con su hermano, que es bombero, a un llamado de incendio en la Población Nueva La Habana, donde indirectamente conoció a una persona que se hacía llamar Comandante Mickey”.
Héctor Julio Salinas Prado, compañero de armas del acusado, declaró que “el propio Teniente Rubén Fiedler, le contó que había capturado al comandante Mickey, es decir, a don Alejandro Villalobos Díaz y que en premio habría recibido un viaje a Brasil”.
Esas declaraciones sumadas a las de numerosos otras de miembros del Ejército y de ex integrantes de la DINA, determinaron la condena.
Falta saber el fallo final, pues estos juicios son finiquitados normalmente en la Corte Suprema.
———————-
Vistas Campamento Nueva La Habana