En diciembre de 2017, la entonces ministra de Bienes Nacionales, Nivia Palma, entregó en concesión por treinta años el ex cuartel de la Policía de Investigaciones (PDI) de Puerto Montt a la Corporación de Derechos Humanos Egaña 60 integrada por sobrevivientes y familiares de víctimas de la represión dictatorial. La idea era habilitar el edificio de cuatro pisos como un sitio y museo de la memoria de la región de Los Lagos, pero la falta de recursos y de voluntad de las autoridades del actual gobierno ha impedido concretar el proyecto, manteniendo el recinto en una situación de abandono y ahora bajo la amenaza del actual ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, de anular la concesión y dar otro destino al ex cuartel.

Casi coincidiendo con esta noticia, visitaron el sitio de memoria Parque por la Paz Villa Grimaldi, los psicólogos Trinidad Oviedo y Javier Schmidt, integrantes de la Comunidad Vínculos de Puerto Montt, entidad que en 2017 inició un proceso de investigación con organizaciones de ex prisioneros políticos y familiares de ejecutados y detenidos desaparecidos, sobre los centros secretos de secuestro, tortura y exterminio en la región. El trabajo logró detectar más de cuarenta lugares, de los cuales veintiuno pueden ser calificados como sitios de memoria y se tradujo en la pagina web https://www.sitiosmemoriapuertomontt.cl/ en la cual los lugares están señalados en un mapa de la ciudad, permitiendo que los usuarios puedan conocer el lugar, visionarlo mediante google y conocer parte de su historia a través de testimonios de sobrevivientes.

Entre estos sitios destaca el ex cuartel de la PDI ubicado en la calle Egaña número 60, que fue el principal recinto de tortura entre los años 1973 y 1975. Sus numerosas víctimas declaran haber sido confinadas en calabozos las mujeres y los hombres en un subterráneo, denominado ‘la patilla’, en condiciones insalubres, carentes de alimentos y agua, y haber sido  objeto de golpes, colgamientos, chorros de agua a presión, descargas eléctricas simulacros de fusilamiento y abusos sexuales. Una sobreviviente testimonia que “luego de la detención en mi casa, dos personas de civil me llevan al cuartel de la Policía de Investigaciones de Egaña, y ahí se inicia una etapa atroz e indigna de mi vida, que duró un año. Me llevaron a un calabozo muy pequeño en el primer piso, donde ya había cuatro mujeres y a los hombres los tenían en ‘la patilla’ del subterráneo. A mi me torturaban en el cuarto piso, donde vivían los hombres de la PDI”.

Entre los objetivos abordados por esta iniciativa, explicaron los miembros de la Comunidad Vínculos, está el “hacer visible las violaciones a los derechos humanos cometidos por el Estado de Chile entre 1973 y 1990 en nuestra ciudad y los lugares en que éstos ocurrieron”, y principalmente que a través de los testimonios de los sobrevivientes “esas vivencias no se pierdan en el tiempo y sirvan para que las generaciones presentes y futuras también se comprometan a que lo vivido no vuelva a repetirse nunca más”.