El psicólogo sobreviviente de Villa Grimaldi, residente en Inglaterra, Luis Muñoz, con una vasta trayectoria en procesos terapéuticos sobre el trauma como consecuencia de la tortura, participó en un conversatorio en el Parque por la Paz Villa Grimaldi. En la oportunidad, el director de la Corporación Alberto Rodríguez planteó la necesidad de romper el silencio e indicó que la corporación está preocupada por un tema invisibilizado, especialmente por la Justicia.

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El especialista participó junto al director de la Corporación Alberto Rodríguez y la gestora cultural Francia Jamett de un profundoy participativo conversatorio que repletó la sala de reuniones del Parque.

Rodríguez expresó que “en el ámbito de la Declaración Universal de Derechos Humanos, son 4 las líneas que se tocan como violación de derechos humanos o crímenes de lesa humanidad, la desaparición forzada, la tortura, la prisión política y también la violencia sexual. Sin embargo en nuestro país pareciera que la violencia sexual se adosa a la tortura y con repercusiones bastante insignificantes judicialmente hablando”.

“Hemos visto con horror como un caso ya sancionado por la justicia ha otorgado 541 días remitidos contra uno de los genocidas de este país. Como Corporación estamos preocupados por esta situación y queremos ir abriendo estas temáticas, de las cuales sabemos que hay muchos sucesos y testimonios y queremos ir develando, rompiendo el silencio”, indicó.

Muñoz comenzó con un relato de su experiencia de refugiado en Inglaterra, producto de la tragedia vivida en Chile después del 11 de septiembre de 1973 que definió como un proceso que implicó requerimientos sensacionalistas y mórbidos de la prensa para relatar, “lo más sanguinario, lo más sórdido de lo ocurrido, lo cual implicó abrirse, exponerse, fue doloroso. Esto culminó con la detención de Augusto Pinochet en Londres, y un grupo pequeño de chilenos quedamos como portavoces de los chilenos y de lo que había pasado, repitiéndose el mismo escenario y lo que teníamos que decir en términos judiciales, casi no nos dejaban hablar y después de ello, nadie hacía nada”

Muñoz relató su participación en la creación de la Fundación para la Ayuda de Víctimas de Tortura, con personas provenientes de Irán, Irak y Polonia. “Los de Irán principalmente venían muy traumatizados, habían pasado horrores similares a los nuestros o peores quizás, hombres y mujeres, algunos como “zombies” caminando, sin responder a ninguna terapia”.

“Yo no estaría hablando aquí ante ustedes si yo no hubiese tenido la suerte de haber podido acceder a terapia, por años, durante 10 años. Porque llega el momento en que uno dice, si vale la pena seguir viviendo de esta manera, con complicaciones físicas, más lo emocional y mentalmente. No puedo seguir viviendo, hay que hacer algo y si no hago ese algo es mejor no vivir”, relató.

Muñoz contó que posteriormente pasó a ser terapista y continuó sus estudios universitarios.

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«Lo otro- agregó – fue enfrentarse a la oficialidad psicológica terapéutica que planteaba “que está en nosotros, que todos somos capaces de torturar, hay un torturador dentro cada uno de nosotros, el hombre siempre ha sido así por milenios, tratemos de ser mejores, roguemos a Dios, etc. pero todo eso es falso, los estudios están mal hechos, no son válidos, no tienen control de calidad”.

“El grupo de control puede ser, decía yo, gente que se destaque en la sociedad por su altruismo, por su amor a la vida, sus buenas acciones, veamos si esos son capaces también, de oprimir el botón. Pero es que no tenemos esa gente ¿Dónde están?, no existen, me replicaron. Pero si están, no están lejos, están todos los días, no están lejos, están alrededor de nosotros, se llaman niños. Si usted tiene un niño y lo protege, le satisface las necesidades emocionales, alimenticias, de techo y crece y le pone el botón ¿Serán capaces de apretar el botón? Yo pienso que no”, aseguró el especialista.

“Esto lo he dicho en los foros, en la sociedad psicoanalítica de Inglaterra. Ya tengo autoridad, 20 años como terapista y mi experiencia en Chile, no es cierto, es mentira, detrás de cada Pinochet, detrás de cada Krasnoff, Hitler o Mussolini hay un niño abusado, humillado”, planteó.

“Dada la oportunidad en el futuro, un poquito de poder y va a abusar, va a humillar. Entonces allí están las raíces, allí está la violencia, ahí la estamos creando, si no cambiamos esa situación”, puntualizó.

“Aquí lo que se trata- continuó-, es una barbarie tal que produce daño fisiológico, neurológico, habiendo estudiado cómo funciona el cerebro, te das cuenta de lo hacen estas situaciones. Yo lo describo como una daga que te plantan en la cabeza y que va derecho hacia el tallo del cerebro y eso explica un poco las reacciones que uno tiene primitivas. No hay defensas aquí intelectuales, se pasa a lo primitivo, se rompe y raja, literalmente, casi físicamente al cerebro central”.

“Estos torturadores sin saberlo, porque son ignorantes, se han apropiado del derecho de violar incluso la evolución nuestra, se pasan por encima, matan a todos. Los gritos que salieron de nuestra boca en ese entonces eran eso, no eran humanos, eran ancestrales. Ahora recuperar a alguien después de eso cómo lo hacemos y ahí estaba el problema, quien da recursos”, manifestó.

“La salud en Inglaterra es gratis todavía, pero no para eso. Si tienes un problema te manda a un psiquiatra que te da píldoras, pero tratamiento psicológico, terapéutico o pagas o esperas un año a que te den 6 semanas, 6 sesiones, el Estado no se preocupa de eso”, relató.

En la conversación Muñoz postuló la necesidad de curación. “Que necesita la persona, cuando yo estuve en terapia, la verdad es que muy poco y mucho. Ustedes sabrán, ustedes tienen experiencia, han pasado por eso, es contención. Tú te estás separando, tú te estás desintegrando, te cayó una bomba y estás para todos lados, qué necesitas, que le contengan. Ahora ese contener es emocional y físico también, necesitas un espacio físico, silencio. Yo he tratado gente así, no hablan, estás una hora ahí, pero algo está pasando. Viene la próxima sesión y tampoco se habla y quien va a financiar eso, nadie está interesado en recuperar a esa persona”.

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“Eso es lo que hay que atacar, eso es lo que hay que terminar a mijuicio, y es en lo que hay que poner el énfasis. Esto es un problema que está en todas las esferas de la sociedad”, postuló.

“Un niño no tiene la capacidad mental, su corteza no se ha desarrollado, no tiene las defensas, no tiene nada, no tiene donde ir, cuando tu maltratas un niño, hieres un niño, lo abusas, lo humillas, no tiene donde ir, por último uno iba a simismo y decía voy a morir aquí y no importa, que me maten, se acabó, un niño no tiene esa alternativa. Adentro sólo reprimir, crear trauma, que después quedará encerrado, encasillado y saldrá más adelante como una psicopatía, empezará con sueños y pesadillas y después la pesadilla será despierto, no sabemos qué va a pasar, será un gerente de banco que va a tratar al personal, un milico, un dictador, queda todo eso al azar y no puede ser”, reflexionó.

“Eso debe terminar creando legislación, que penetre en toda la sociedad, requiere protección legal como sociedad para la mujer y el niño”, propuso.

“Es triste tener que haber pasado por todo lo que uno ha pasado para llegar a esa conclusión, de que el mundo debe ser más mujer y esto lo digo y ellas me han dicho porque no se lo dices a los hombres. Les digo yo trato, pero son unos cobardes o no van o se van antes de que yo termine. Porque tienen que decir a ver cuál es tu opinión. Ah, es que nos dan muy duro a los hombres, a ver qué es lo duro, dónde está. Hay que cambiar el discurso”, señaló.

“Unos amigos de amigos estaban haciendo una obra de teatro que trata este problema, el de la violencia doméstica. Yo les digo, me cuesta mucho transar, tenemos que aprender, decir las cosas como son, aunque duela. Es que la sociedad chilena no está a ese nivel todavía. Yo pienso, cuándo va a estar a nivel, es que nunca está la oportunidad, entonces hay que hacerla e irse con todo”, apuntó.

Relató que le contó a un amigo y le dijo “a esto es lo que yo me voy a someter, porque no puedo vivir de esta manera, entonces me dice, pero Lucho, tu sabes lo que estás haciendo, te vas a suicidar, entonces yo le digo sí, estoy consciente de eso, de que voy a suicidar a alguien, pero al que voy a suicidar no lo quiero y yo sé que hay otro atrás, sé que hay otro mío adentro, el otro antes de que la sociedad me formara como mister machoo lo que sea, hay uno lindo ahí que yo lo quiero y ese yo lo voy a conquistar“ (Extracto del conversatorio realizado el 16 de abril de 2014).