En mayo de 2014, cuatro ex prisioneras políticas presentaron una querella donde se sindicaba a diversos miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, de secuestro, torturas y de múltiples y aberrantes abusos sexuales. El juez Mario Carroza acogió el trámite judicial, presentado por Luz de las Nieves Ayress Moreno, Alejandra Holzapfel, Soledad Castillo y Nora Brito, dando curso a un procedimiento judicial inédito en Chile, que identifica la violencia política sexual como un delito específico imprescriptible e inamnistiable. La querella fue presentada por el abogado Hiram Villagra y contó con el patrocinio de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi.
El libelo permitió un acucioso proceso de investigación e identificación de los responsables de las torturas y aberraciones sexuales. En el caso de Nieves Ayress las pesquisas fueron dirigidas por la ministra de la Corte de Apelaciones de San Miguel, Marianela Cifuentes, quien el 23 de febrero reciente procesó por secuestro agravado a los represores y violadores Cesar Manríquez Bravo, Sergio Castillo González, Ciro Torres, Klaudio Kossiel Homing, Raúl Quintana Salazar, Sergio Castillo González y al médico Vittorio Orvietto, por los delitos de secuestro calificado y aplicación de tormentos.
La mayoría de los imputados se encuentra cumpliendo diversas condenas en Punta Peuco, a excepción de Sergio Castillo González, de 72 años, quien inicialmente quedó en libertad bajo fianza por tener programada una intervención quirúrgica. Sin embargo, tras alegatos en la Sexta Sala de San Miguel se revocó la decisión de la Ministro y se ordenó su prisión preventiva por constituir un peligro para la sociedad.
El procesamiento y prisión para estos torturadores y abusadores sexuales, constituye un triunfo para todas las mujeres sobrevivientes de los campos de secuestro y exterminio y de los centros de reclusión dictatoriales. Es una decisión sin precedentes en la judicatura chilena y permite mantener la esperanza de que en Chile se conozca la verdad y avance la justicia para luchadoras como Nieves, Alejandra, Soledad y Nora que sobrevivieron al terrorismo de Estado y han tenido el coraje de develar una de las prácticas más aberrantes de la dictadura civil y militar.