Invitado por la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, y el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, el profesor alemán Cristián Gudehus dictó una charla titulada “ESTUDIAR EL TERRORISMO DE ESTADO. LA EXPERIENCIA EUROPEA” el pasado 27 de julio 2012, dedicada a caracterizar a los “perpetradores”, es decir las personas que se involucraron en violaciones de derechos humanos, y la cadena de pequeñas decisiones cotidianas que los llevaron a convertirse en criminales.
Christian Gudehus, es el Director Ejecutivo del Centro Interdisciplinario de Memoria, de Alemania. Ha sido profesor invitado en el Instituto Goethe; en el Centro de Estudios sobre Genocidio de la Universidad Nacional Tres de Febrero en Buenos Aires y en la Escuela Shue Yan de la Universidad de Hong Kong.
Para Gudehus los estudios sobre los perpetradores y su proceso, son una contribución fundamental a la concreción del anhelado “Nunca Más».
En esta oportunidad quisiéramos compartirles una síntesis de la conferencia del profesor Cristián Gudehus en el conversatorio realizado en Santiago de Chile, en la sede del Instituto de Asuntos Públicos, luego que el día anterior realizará una visita guiada al Parque por la Paz Villa Grimaldi, conociendo vestigios, reconstrucciones o recreaciones de lo aquí sucedido en su uso como cuartel secreto de la DINA desde fines de 1973 hasta el año 1978.
Qué, cómo y cuando
“En los estudios sobre los perpetradores lo que buscamos es comprender todo el proceso que los convirtió en tal. Comprender y saber por qué hicieron lo que hicieron, más que reiterar el mal que infirieron porque eso es evidente.
Iniciamos la investigación dando pasos simples: el primero era establecer lo que realmente sucedió, cuándo ocurrió y en que forma, como también sus efectos. Para esto último y aunque resulte cuestionable, se utilizan los registros archivados y también los testimonios, las memorias.
El segundo paso fue tratar de comprender las relaciones complejas entre estas personas y las estructuras en las cuales se insertaron. Desde mi punto de vista, debemos reconstruir al individuo y su vínculo con las conductas colectivas, buscando comprender cómo perciben e interpretan la realidad, cómo son sus mentalidades, de que forma se relacionaban con el mundo en que les tocó vivir. Esto puede parecer fácil en teoría, pero no cuando enfrentamos a personas que se involucraron en hechos tan graves y horrendos.
Ha sido difícil y ha tomado mucho tiempo tratar de comprender a los perpetradores e incorporar a estas personas en las exhibiciones en sitios de memoria o en actividades educativas, porque se topa el obstáculo que la mayoría no quieren ser identificados como victimarios.
Algunos de los estudios que hemos efectuado se enfocan a determinar cómo se aborda el pasado en las familias alemanas. Para ello se realizaron entrevistas a tres generaciones, tomando a los individuos en conjunto y por separado, lo que permitió dar cuenta de un fenómeno que podríamos llamar “heroización acumulativa” por el cual las historias respecto a los abuelos van cambiando a través del tiempo. Si bien estos admitieron que eran antisemitas o habían cometido crímenes de guerra, los relatos van cambiando en el tiempo y se va estableciendo una visión más positiva de ellos al interior de la familia. Se genera una suerte de disonancia, donde las personas tienden a ignorar la parte horrible del régimen nazi porque no les calza con ese abuelito o abuelita entrañable, cariñosa pero involucrada en hechos brutales. Esto se relaciona también con un proceso de adaptación a una sociedad donde se ha establecido un fuerte distingo entre los nazis, los malos, y el resto de los alemanes que no se involucraron en crímenes.
Una distinción que cuestiono. Yo no hablo de nazis sino de alemanes a secas, dado que, como lo señalaré mas adelante, cuesta encontrar en Alemania familias que no tuvieran alguna relación indirecta con el Holocausto, aun no siendo militantes del NSDAP.
El proceso de los perpetradores
La palabra perpetrador es un término legal y ético, y señala a un individuo que ha cometido un crimen. Sin embargo su utilización nos plantea problemas desde el punto de vista analítico porque los individuos no nacen ni son todo el tiempo perpetradores. En los campos de concentración existieron individuos involucrados en crímenes, pero que en otros momentos y circunstancias ayudaron a determinadas personas. Muchos eran buenos padres y cónyuges e hicieron actos positivos, lo que nos plantea la interrogante de si nos encontramos frente a una misma persona con diferentes caretas o personalidades.
Tal es el problema al usar el término perpetrador como una categoría absoluta. Las personas son perpetradores cuando cometen un crimen, antes de lo cual no lo eran, se comportaban como cualquiera y no como asesinos.
Las investigaciones sobre perpetradores también son interesantes porque con ellas se abordan temas no solo relacionados con genocidios sino también con problemas como el terrorismo. Tradicionalmente los investigadores han buscado definir una personalidad terrorista, una personalidad nazi o bien, al revés, una personalidad altruista. También se ha buscado saber si tales conductas se relacionan con la educación que han recibido, con la religión, etc.
Sin embargo, finalmente podemos concluir que no es posible comprender este tipo de comportamiento basándose solo en factores como la educación, la religión o la filiación política. Entre los perpetradores encontramos desde docentes universitarios, con doctorados, hasta personas con escasa educación. Tampoco la filiación religiosa es un factor que pudiera explicarnos por qué alguien es violento o no lo es, o si tomará parte en crímenes.
Por mucho tiempo se ha buscado definir un tipo de persona que pudieran convertirse en violenta. Pero en los últimos años esto ha cambiado y se busca analizar el proceso de la violencia en sí; cómo las personas llegan a usarla y cual sería la naturaleza de este proceso.
Narrativas y memoria
Las narrativas de la memoria no se construyen para, valga la redundancia, narrar tal como ocurrieron los hechos. Se construyen para ayudar a integrar lo ocurrido con el presente y poder actuar de alguna manera hacia el futuro. Si algo horrible ocurrió en una familia, por ejemplo, siempre se busca sacar alguna lección positiva que ayude a poder actuar en el futuro. En el psicoanálisis moderno este proceso es muy explicito, los sicoterapeutas no buscan que los pacientes reconstruyan lo que realmente pasó, sino una historia que les ayude a seguir adelante con su vida. En los grupos y naciones se da un fenómeno parecido y la construcción de memoria no es aleatoria sino que se relaciona con lo que son, de donde vienen y hacia donde van, ese es su significado más profundo.
Paso a paso
Estudiar a los perpetradores en el proceso de cómo llegaron a serlo conlleva el peligro de que se use como una excusa a sus comportamientos criminales bajo la lógica de “yo estuve en tal situación pero no pude hacer nada al respecto”. O bien aparecer complicados con una suerte de determinismo, donde el comportamiento de las personas aparece determinado y sin opciones alternativas.
Yo discutiría la idea que aprender del pasado puede servirnos para cambiar el comportamiento porque de eso no hay evidencia. Como investigador mi objetivo es comprender. La prevención y la educación para la democracia es algo distinto y esto no siempre es entendido por la gente que trabaja en sitios de conciencia o por los políticos y colisionamos, creando una situación difícil de solucionar porque ambas partes tenemos razón.
Ahora bien, una de las lecciones importantes que podemos extraer de estas investigaciones sobre perpetradores, es que al principio no hubo intención de matar a 6 millones de judíos, inclusive entre los líderes más antisemitas. Al principio sólo querían que se fueran del país, pero luego el proceso evolucionó hacia lo conocemos dando pequeños pasos en el día a día.
La mayor parte de los judíos no fueron asesinados en las cámaras de gas, sino fusilados. Repito que la idea de matarlos no estaba en la mente incluso de los antisemitas más radicales. Ahora bien, algunos fusilamientos se producen en Europa Oriental de una manera singular, trasladando a esos lugares a escuadrones de policías mayores para que combatan insurgentes. En un ocasión se los reúne y se les advierte que deberán entrar a una ciudad a eliminar a todos los hombres judíos, permitiendo que aquellos que no estuvieran de acuerdo no participaran. De los cientos de reunidos solo entre 5 a 10 se abstuvieron, el resto lo hizo y esto porque se creó una dinámica donde matar aparecía organizado a la manera de un trabajo casi normal. Varios recibían alcohol para ayudarles a soportar la situación, pero continuaron haciéndolo y después del primer asesinato se dieron cuenta que era fácil e inventaron nuevas maneras para hacerlo rápido.
Todo esto se da en un proceso que va evolucionando paso a paso y termina con la matanza organizada que son los campos de exterminio. Así lo revelan, por ejemplo, el caso de obreras alemanas que fueron contratadas como guardianas de campos de concentración y aceptaron el trabajo porque eran muy jóvenes, con poca educación, no tenían empleo o si lo tenían era mal remunerado. Ellas no sabían de qué se trataba, creían que era una cárcel y postulaban. Al principio les tomaba tiempo adaptarse, luego aprendían a golpear y matar en un proceso que partía cuando se les entregaba su uniforme y sus botas. Ellas no eran militares sino personal a contrata pero gradualmente vivieron un proceso que las convirtió en perpetradoras.
No niego que a más de alguna les gustaba el trabajo, pero tenemos una combinación de personas que tuvieron la posibilidad de retirarse y no lo hicieron. Construyendo además un discurso de justificación francamente asombroso, donde incluso asesinatos horrendos de niños aparecen como crímenes de menor importancia y hasta humanitarios en razón de que los infantes no tenían posibilidad de sobrevivir.
Tratar de comprender todo este proceso no implica desconocer que son criminales y que como tales deban ser enjuiciados. Pero tenemos que saber cómo las personas gradualmente se involucraron en estos crímenes, tomando pequeñas decisiones, una tras otra, día a día.
En Alemania es difícil encontrar a una familia que no esté, de alguna forma, ligada al holocausto. Por ejemplo, muchos ciudadanos, tras los bombardeos aliados, recibían de instituciones estatales muebles nuevos que habían sido de propiedad de familias judías. Hay muchos ejemplos que muestran cómo toda la sociedad se involucró en el proceso, aún cuando no participaron directamente en el genocidio.
Por esto debemos dar a conocer y enseñar lo que investiguemos sobre estas personas y cómo fueron tomando decisiones día a día que los condujeron a cometer lo crímenes o a colaborar indirectamente en ellos. También debemos develar cómo las personas van transformándose a través del tiempo, cómo evolucionan, cambiando sus valores, sus gustos musicales, etc. Esto no significa excusar al perpetrador, porque si alguien golpea a otro, lo tortura o lo mata sabe lo que está haciendo, aunque construya explicaciones para justificar lo que hace.
COMUNICACIONES VILLA GRIMALDI/ 3.8.