Para intercambiar conceptos y experiencias, sostuvo una serie de reuniones con profesionales de Villa Grimaldi en diciembre de 2010 la profesora asociada de Ciencias Políticas de la Facultad Vassar, Katherine Hite. Esta doctora en Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, fue directora asociada del Institute of Latin American and Iberian Studies of Columbia, donde enseñó política comparada de América Latina.
El trabajo de Hite se centra en el legado de los regímenes autoritarios del Cono Sur y los gobiernos de transición. Además, ha investigado y escrito sobre procesos de memoria y memoriales en el cono sur y la región andina de América Latina. Sus investigaciones cuentan con el respaldo de la Fundación Fulbright y la Fundación Ford.
Hite es autora de “When The Romance ended: Leaders of the Chilean Left, 1968-1998 (Columbia University Press, 2000), co-editora de “The New Politics of Inequality in Latin America: Rethinking Participation and Representation” (Oxford University Press, 1997) y co-editora junto a Paola Cesarini de “Authoritarian Legacies and Democracy in Latin America and Southern Europe (University of Notre Dame Press, 2004)
Le pedimos responder algunas preguntas sobre su especialidad, y estas fueron sus respuestas:
¿Hay una «evolución» en el concepto de memoria y memoriales en el Cono sur? Puedes notar cambios en Chile y, específicamente, en Villa Grimaldi?
No sé si diría que hay una “evolución” en el concepto de memoria y memoriales, pero es cierto que ha habido una proliferación marcada de debates sobre la memoria y sobre memoriales en el Cono Sur. Esto ha dado pie a múltiples aproximaciones y significados, con distintos propósitos, participantes, públicos y audiencias. Ya no podemos hablar de los “silencios” o “ausencias” de la memoria, sino de cómo temporalizar los momentos de la memoria; cómo interpretar distintos sucesos, cómo entender la genealogía de distintos procesos del pasado.
Veo un cambio notable en Villa Grimaldi, un tipo de apertura hacia públicos y generaciones nuevos, un esfuerzo impresionantes para invitar, educar, guiar, imaginar el lugar, tanto como un sitio sagrado para que los seres humanos puedan recordar a esos otros que sufrieron de una manera que no se puede expresar en palabras, como un lugar que invita la reflexión, el diálogo sobre cómo pudo ser que existiera, que fuera posible, un lugar Villa Grimaldi.
¿Son procesos comparables con otros de América Latina y otros del mundo?
Veo varios patrones compartidos, procesos, decisiones, obstáculos compartidos.
¿Cómo y por qué?
Como politóloga, veo todos estos procesos tras la política – que dependen de la receptividad o no del Estado, de la persistencia, esfuerzo, creatividad, capacidad de adoptar de los distintos actores protagonistas del lugar, del momento político en general. Son procesos no lineales, son muy volátiles.
¿Qué te llamó la atención en tus conversaciones con profesionales de Villa Grimaldi?
Me impresionó mucho el equipo de profesionales, primero, tengo que decir, que ahora existen los recursos para tener un equipo fuerte, lo cual no era el caso antes. Y es obvio que el equipo tiene las ideas, la flexibilidad, el compromiso para elaborar diseños atractivos y apropiados para el sitio; de imaginar qué atraería a los jóvenes, sin perder el respeto profundo para lo que es el sitio. Y estoy muy interesada en esta tensión creativa sobre la posibilidad de que un museo de VG estaría interpretado como un museo de la resistencia…
¿Como se inserta un sitio de memoria en la vida de una sociedad? Cuál es la visión de de la ciencia política?
Obviamente no hay una sola forma de insertar un sitio de memoria en la vida de una sociedad. A veces depende mucho del involucramiento de los protagonistas mismos de la memoria, pero a veces no tanto, como era el caso recién del Museo de la Memoria en Chile. Como decía Loreto durante mi visita y como diría una politóloga, para un sitio nacional “exitoso,” puede ser crucial que el sitio posee un estatus patrimonial, que el estado asume la importancia del sitio a la patria, lo cual puede ser muy difícil cuando la narrativa del sitio corre en contra de unas narrativas dominantes del pasado.
¿Con la mirada global que te permite tu experiencia, que aconsejarás a los profesionales que trabajan en sitios de memoria en Chile y otros países de la región?
No tengo tanta autoridad para responder esta pregunta, pero sí mucho respeto hacia lo que el equipo de VG está tratando de cumplir. Diría que para el diseño del futuro museo, por ejemplo, sería útil enfocarse en una o dos preguntas conceptuales (más que temas) que orientan, que conducen el proyecto del museo. Y pediría a todos los del equipo que cada uno escoja una imagen que más define a VG, o que es única para VG, que es evocativa o provocativa, para ayudar a definir el diseño. Suena muy cliché, pero todo proceso tiene sus altibajos , por ello es necesaria una combinación de flexibilidad, persistencia, y enfoque que es difícil pero que veo en el equipo de VG.
Fin de la Entrevista. (Traducción y edición: Comunicaciones Villa Grimaldi)