Han pasado 40 años del golpe… cuarenta años de golpe… 40 golpes, uno cada año.

Cuarenta años después, el libro sigue marcado en la misma página fatídica, violenta, vergonzosa; esa página que comienza con la muerte, continúa en la impunidad y que hemos sido incapaces de terminar de leer, atorados y distraídos en gestos, comisiones y omisiones, pero incapaces como sociedad, de exigir la ponderación más elemental que un Estado debiera propiciar para ejercer su ecuanimidad: La Justicia y La Verdad en toda su dimensión.

2013_09_11_darlacara_int

Después de 40 años, han sido las víctimas, sus familiares, los sobrevivientes y aquellos que colaboraron con el esclarecimiento de la verdad, que ayudaron a mitigar el dolor o trabajaron para reconstruir una historia que fue quebrantada por la violencia y el desprecio los que han dado la cara. Los culpables: quienes asesinaron y ocultaron los cuerpos, los que torturaron, los que delataron y los que se confabularon para tender el manto de silencio e impunidad siguen escondidos e impunes.

Este proyecto es un acto de claridad por parte de quienes han accedido a ser fotografiados; de transparencia y entereza de aquellas personas (vivas, activas) que pueden dar testimonio del enorme sacrificio que ha significado desprenderse del terror y recuperar la dignidad arrebatada por el indolente uso de la fuerza. Pero también es un acto de proyección por parte de aquellos que, sin ser afectados directos, poseen la convicción de que la página completa de este relato debe ser leída, comprendida y proyectada antes de darla vuelta. Pues continuar con la omisión y la indiferencia no hará más que forzarnos a una convivencia amnésica, y como sociedad seremos incapaces de volver a situar la integridad del ser humano como motor para la construcción de un mejor futuro.