Hay fechas y espacios que debemos recordar, como lo acontecido en esta estrecha calle situada en el barrio cercano al santuario del jesuita Alberto Hurtado, hace 35 años atrás. Es un recordar doloroso, pero que en la perspectiva que nos da el tiempo resulta también alentador, más aún ahora que nos aprestamos a inaugurar la Convención Constituyente, evento histórico posibilitado por la movilización de chicas y chicos escolares que dio paso a la revuelta social de octubre de 2019.
Entre estos adolescentes que saltaban los torniquetes de las estaciones del Metro iba la memoria de las generaciones de jóvenes en lucha que los precedieron, la memoria de Rodrigo, de Carmen, de los Vergara Toledo y de muchos otros que a lo largo del tiempo han empujado la historia, sin miedo, a pesar que sus demandas sean respondidas con disparos y fuego.
El 2 de julio de 1986, una patrulla militar comandada por el oficial Pedro Fernández Dittus detuvo a dos jóvenes, Carmen Gloria Quintana de 18 años y Rodrigo Rojas de Negri de 19 años, en medio de una manifestación en Estación Central. Les rociaron combustible y les prendieron fuego, para luego cubrirlos con unas frazadas y dejarlos en un sitio eriazo en Quilicura.
Debido a las graves quemaduras, Rodrigo Rojas moriría cuatro días después. Por su parte, Carmen Gloria Quintana sufrió quemaduras en el 65% de su cuerpo, haciéndola pasar por un difícil proceso de rehabilitación y heridas que permanecen hasta hoy. El denominado “Caso Quemados” marcó la historia de nuestro país, estos jóvenes que fueron víctimas de la más violenta represión permanecen en nuestra memoria, así como la ardua lucha que tuvo que seguir Carmen Gloria y los familiares de Rodrigo para conseguir justicia. Recién el año 2019 se pudo condenar a los militares culpables de este terrible ataque y a quienes fueron cómplices.
Creemos necesario valorar la lucha que miles de jóvenes como Rodrigo y Carmen tuvieron en contra de la dictadura, así como también todos los secundarios y jóvenes que han alzado su voz y peleado por sus derechos desde la revuelta social de octubre de 2019. Sabemos que gracias al simple acto revolucionario de saltar un torniquete por parte de un grupo de estudiantes se desencadenó toda una ola de manifestaciones a nivel nacional. Estas protestas han destapado las injusticias que por muchos años parecían la regla, para que hoy creemos que es posible un cambio.
Hoy desde Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi recordamos a todas las víctimas de golpizas, detenciones ilegales, mutilación ocular, prisión preventiva con fines políticos e incluso la muerte. Con la energía y la valentía de los y las jóvenes, y el recuerdo siempre presente de lo ocurrido con Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana, lucharemos hasta llegar a una realidad en la que no haya que sufrir tales actos de violencia solo por exigir dignidad.