El Archivo Oral de Villa Grimaldi suma un nuevo testimonio a la colección de relatos de actores del estallido social de octubre de 2019. En este caso el de Fabiola Campillai Rojas, quien fue impactada en su rostro por un proyectil lacrimógeno disparado por el oficial de Carabineros Patricio Maturana.
Esta nueva colección se construye en el marco del proyecto Democracia, memoria y derechos humanos implementado gracias al apoyo de la Fundación Friedrich Ebert Chile. La iniciativa busca recuperar y poner en valor las narrativas, acciones performáticas y propuestas democratizadoras expresadas en torno a las movilizaciones sociales iniciadas el 18 de octubre de 2019.
La negligencia de Carabineros y ausencia de un Estado garante de los derechos humanos
La noche del 26 de noviembre de 2019 la vida de la trabajadora de la empresa Carozzi, Fabiola Campillai Rojas, sufrió un vuelco dramático mientras caminaba en compañía de su hermana al paradero del microbús que la llevaría a su trabajo. Lo ultimo que recuerda de aquel instante es que fumaba un cigarrillo y que tras llegar a una esquina “se apagó todo”.
El proyectil lacrimógeno disparado por el policía Maturana impactó de lleno en el rostro de Fabiola, provocando graves fracturas. Su hermana y vecinos se esforzaron por ayudarla mientras que carabineros, lejos de prestarle alguna ayuda, seguían disparando bombas lacrimógenas ahora en contra del grupo que intentaba socorrerla. A pesar esto lograron trasladarla a un recinto hospitalario, salvándole la vida.
Hasta la fecha ninguna autoridad del gobierno de Sebastián Piñera ha tomado contacto con Fabiola, ni le ha ofrecido ayuda o alguna disculpa. Tampoco su victimario ha mostrado arrepentimiento y sus abogados se esfuerzan por restar gravedad al delito que cometió para lograr su libertad. Mientras tanto, todos los días la víctima debe transitar por el lugar donde fue agredida, y ha tenido que someterse a un doloroso proceso de recuperación que ha requerido numerosas y complejas cirugías reconstructivas
El impacto se transformó en lucha por los derechos humanos
Hoy la operaria de la fábrica de pastas Carozzi se ha convertido en una activista de los derechos humanos. Como muchos chilenos tenía vaga noción del concepto, hasta que aquella noche de noviembre fue agredida por un agente del Estado obedeciendo la orden del presidente de la República de hacer la guerra contra los manifestantes que protestaban contra el injusto sistema heredado de la dictadura.
La extrema violencia de la que fue blanco, lleva a Campillai a afirmar que en el Chile actual no se respetan los derechos humanos. Que el Instituto Nacional de Derechos Humanos no hace su trabajo de defender a las víctimas, demostrando escasa autonomía del Estado. Que la Justicia chilena es lenta e inoperante y que la policía de Carabineros no debiese existir por haber roto su compromiso de defender a la ciudadanía, procediendo en contrario a matar y mutilar manifestantes.
Hoy, en conjunto con otras víctimas busca organizarse para demandar justicia con mayor fuerza: atención sicológica, salud y reparación no solo en dinero, sino también en prótesis, en ayudas para estudiar. Propone erigir un memorial en la Plaza de la Dignidad que recuerde a las víctimas del estallido social conteniendo todos los nombres de aquellos que resultaron muertos o sufrieron mutilaciones lograr la libertad de los presos políticos, y postular al Senado en las próximas elecciones enarbolando la bandera de la justicia como principal demanda.