El próximo 23 de abril,  se reinaugurará el monumento a los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos de Peñalolén, cuya placa, conteniendo los nombres de 33 vecinas y vecinos de la comuna, resultó destruida por la acción de desconocidos.

Los destrozos en esta y otras marcas de memoria establecidas en el país, plantea inquietudes sobre el nivel de conciencia del entorno barrial acerca del significado y valor de estas señas y  la urgente labor de educación en memoria y derechos humanos hacia las nuevas generaciones.

El monumento a los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos de Peñalolén, ubicado en la Plaza Mártires de  Lo Hermida (Av. Grecia esq. Altiplano) fue inaugurado el 24 de julio de 2005. Lo componen tres figuras esculpidas en hormigón fijadas sobre un pedestal, en cuyo frontis se colocó una placa con 33 nombres. Entre ellos los de la niña   Evelyn Ayala y el chico Felipe Gutiérrez, ambos de tan solo dos años de edad, muertos por acciones represivas en contra de  los pobladores en de los años 80.

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Día de la inaugaración con un acto masivo y las primeras ofrendas florales

Pedro Mariqueo Martínez, estudiante de Enseñanza Media, de tan solo 16 años de edad, es el más conocido de  los 33 nombres. Carismático y muy comprometido en la lucha contra la dictadura, el adolescente fue asesinado por Carabineros el 1º de Mayo de 1984.

Su madre, la señora Rebeca Martínez y su hermano Klaudio Mariqueo, junto con otros vecinos de Peñalolén, fueron los impulsores y gestores del monumento que les demandó casi 5 años de trabajo, entre la investigación sobre los nombres y también de  bregar contra la burocracia y los intentos de imponer el olvido.

Falta educación en memoria y derechos humanos

Rebeca y Klaudio no ocultan la rabia que les provoca la visión actual del monumento, rayado con pintura negra y sin su placa con los nombres. Cuestionan no solo a quienes provocaron los daños, sino también a las autoridades a quienes responsabilizan de no incorporar en los planes educativos temas de memoria y derechos humanos.

Klaudio considera que se debe reimplantar la educación cívica y en ese marco educar sobre la memoria histórica. “Es mentira que nos consideremos un país desarrollado – señala-, cuando nuestros jóvenes desconocen aspectos básicos de educación cívica, como sus deberes como ciudadano y cuáles son sus derechos. En Peñalolén hay muchos colegios pero muchos obstáculos para traer a los estudiantes en una ruta de la memoria a este monumento. La gente piensa que el trabajo en derechos humanos es asunto “político” y le tiene distancia”.

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Rebeca frente al monumento dañado

Rebeca y Klaudio aseguran que el destrozo al monumento se explica por una falta de educación en la gente, que les haga comprender el valor preservar la memoria. “Lo destruyeron -manifiesta Klaudio-, y tuvimos que ir a reclamarle a la alcaldesa, a señalarle la ley y el articulo que dice que los monumentos instalados en espacios públicos de la comuna y reconocidos por el Consejo de Monumentos Nacionales son de responsabilidad de los municipios El día que no estemos con mi madre no se quien va a tomar esta responsabilidad”.

Los jóvenes deben ser capaces de transmitir la historia

Rebeca agrega por su parte: “Si la gente, los jóvenes, estuvieran al tanto de que este monumento trata de la historia de este país, de lo que nos pasó, entonces habría un respeto. Hay gente que no toma en cuenta esto porque “eso ya pasó”. Otros no saben nada porque sus padres o abuelos no les han contado  y después, cuando les decimos, no lo pueden creer”.

“Tiene que quedar la historia de lo que ocurrió en Peñalolén, fijada en este  monumento –enfatiza Rebeca-. Hasta en la parte más remota de este país algo tiene que quedar. Hay que educar a la gente para que cuide el monumento, porque el representa lo que pasó y que no debe volver a repetirse nunca más. Hay que educar a los jóvenes para que sean capaces de transmitir la historia a los otros. No hay otra forma. Pero hasta ahora no se ha hecho nada y todo ha quedado en el aire”.

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Klaudio y Rebeca

Como muchos monumentos instalados en espacios públicos, el memorial de Peñalolén sufre los embates naturales del tiempo. Pero lo que más preocupa son los deterioros provocados por la falta de conciencia sobre el significado de estas marcas de memoria. Murales conmemorativos, placas y otras señales son intervenidas con grafitis, borrados o, como en este caso destruidos.  El caso más lamentable es el monumento de homenaje a las mujeres caídas en dictadura, establecido en la terraza de la estación Los Héroes del Metro, hoy prácticamente demolido, lo que plantea el gran desafío tras la instalación de las marcas: cómo preservarlas y dotarlas de significado para las nuevas generaciones.

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El Monumento “»Mujeres en la Memoria”», en homenaje a las mujeres caídas en la lucha contra la dictadura, fue inaugurado el 12 de diciembre del 2006, sobre la terraza de la estación Los Héroes del Metro. Recibió muchas críticas por su carácter abstracto y la ubicación, pero finalmente fue instalado en ese lugar porque en él se entrecruzan La Alameda con la autopista Norte Sur. Luego de 10 años presenta este aspecto. monumento_05