Un grupo de profesionales, encabezados por el antropólogo Osvaldo Torres, dieron a conocer el informe titulado «El estallido de las violaciones a los derechos humanos»: estudio sobre las sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado para sofocar la rebelión social, desatada a entre el 18 de octubre de 2019 y el 12 de marzo de 2020. En este lapso se verificaron los mayores índices de violencia estatal de toda la posdictadura.
El informe da cuenta del fenómeno a través de la exposición de datos como los más de 18 mil arrestos de manifestantes entre octubre y diciembre de 2019; y los más de mil heridos graves, entre los cuales se encuentran las 411 víctimas de lesiones oculares por disparos de escopetas antimotines. A estas cifras se adicionan las medidas legislativas del gobierno tendientes a criminalizar la protesta social y a involucrar a las fuerzas armadas en labores de control del orden público, lo cual podría marcar un progresivo debilitamiento de la democracia
El estudio incorpora entre sus herramientas la denominada Escala de Terror Político, un instrumento desarrollado por el departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, que mide (en una escala de cinco puntos) el nivel de violencia estatal de 169 países entre los años 1976 y 2019, a través del registro anual de violaciones a los derechos humanos que hacen organizaciones como Amnistía Internacional y Human Right Watch. De acuerdo a este indicador Chile estuvo situado durante buena parte de la transición democrática en el nivel dos que detalla cantidades limitadas de prisión política y ocasionales demostraciones de violencia estatal, tortura y palizas. Tras el estallido de octubre 2019. el país escaló al nivel cuatro, que indica que las violaciónes de derechos civiles y políticos y actos como el asesinato, desapariciones y/o torturas se convierten en parte de la vida cotidiana, afectando a un número importante de personas, particularmente a quienes se interesan por la política o participan en movimientos que cuestionan el orden establecido.
Por ultimo, una conclusión final del informe resulta especialmente inquietante y se refiere a las cifras de violencia sexual y traumas oculares. Ambas formas de violencia represiva afectaron mayoritariamente a manifestantes jóvenes, menores de 35 años y se desatan a partir de la controvertida declaración efectuada por el presidente Piñera el 21 de octubre de 2019 donde procede a declarar la guerra a los manifestantes con estas palabras “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie”.