Los paneles con nombres inscritos en el primer memorial de Villa Grimaldi se han incrementado. Recientes investigaciones y fallos judiciales develan el tránsito de numerosos detenidos por la red de cuarteles clandestinos de la DINA. Ahora Villa Grimaldi  incorporará  tres nombres más al memorial, los que sumarían 239 chilenas y chilenos desaparecidos y ejecutados políticos que pasaron por el recinto.

Teobaldo, el fotógrafo…

tello_garrido_teobaldo_antonioLa investigación del ministro Hernán Crisosto  estableció que el 22 de agosto de 1974, Teobaldo Tello, fotógrafo de la PDI y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue detenido en la vía pública en el centro de Santiago por agentes de la DINA, quienes lo trasladaron al recinto de reclusión clandestino denominado Ollagüe, ubicado en calle José Domingo Cañas N° 1367, de la comuna de Ñuñoa, y posteriormente a Cuatro Álamos y Villa Grimaldi.

El testigo sobreviviente  Juan Machuca Contreras, quien tuvo un recorrido similar al de Tello, lo vio por última vez en Villa Grimaldi en una pieza de interrogatorios, donde estaba en muy malas condiciones. Preguntaba por su esposa. Machuca lo tomó en sus brazos  y trató de consolarlo. Luego entraron los guardias y lo arrastraron de los pies afirmando que había fallecido,  procediendo a tirarlo como bulto en una camioneta para llevar su cuerpo con rumbo desconocido. Casi un año después el nombre de Teobaldo Tello apareció en el burdo montaje denominado Operación Colombo o caso 119, ideado por la DINA para encubrir secuestros y asesinatos como “venganzas” entre militantes de izquierda o enfrentamientos con fuerzas de seguridad argentinas.

Miguel Enrique Rodríguez Vergara, el que “se fue”

rodriguezvergaramiguelenriqueA Miguel Enrique Rodríguez lo detuvieron un 17 de noviembre de 1975, en su hogar, frente a toda su familia mientras estaba regando el jardín.  Entre sus aprehensores fueron identificados por el ministro Mario Carroza los agentes de la DINA Gerardo Meza Acuña, Enrique Cartes Isla, Orlando Mora López y Sylvia Teresa Oyarce Pinto, todos pertenecientes a la agrupación Tucán, comandada en ese entonces por Gerardo Ernesto Godoy García.

Los represores luego de detenerlo lo trasladaron al Cuartel de Villa Grimaldi o Terranova, donde lo ingresaron a una sala para ser interrogado. Al terminar la sesión  lo sentaron en una silla y en esa situación le sobrevino un infarto, falleciendo en el lugar. La expresión común entre los victimarios cuando esto ocurría era “se nos fue”.

Tras su partida, el cuerpo de Miguel habría sido inhumado en las cercanías del Río Mapocho siendo esta la última noticia que se tiene de el.

Leopoldo Daniel Muñoz Andrade, el “Flaco”

munoz_andrade_leopoldo_danielLeopoldo Daniel Muñoz Andrade, de 22 años de edad, estudiante universitario, militante del MIR, fue detenido por agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), el 20 de julio de 1974, en la vía pública entre las calles Avenida Matta y Arturo Prat. Carmen Quezada Fuentes, quien estuvo detenida con la víctima en los recintos de 4 Alamos, Londres 38, y Villa Grimaldi vio a Muñoz Andrade en Villa Grimaldi y Cuatro Alamos.

Alguien, no se sabe quién, comunicó a su madre Ester Andrade la noticia del secuestro del “flaco”.

Por su parte la testigo sobreviviente Carmen Quezada afirma haberlo visto en Cuatro Alamos, el recinto de incomunicación y tortura anexo al campo de concentración. Amarrados en el suelo, junto con más secuestrados, Leopoldo le pidió que grabara su nombre y se mostró preocupado por su madre. Luego todos serían trasladados a Londres 38 y finalmente a Villa Grimaldi. Conversaban lo que podían hasta que  fueron sorprendidos y castigados. A ella la separaron del grupo y en horas de la noche uno de los guardias le dio a entender que todo el grupo había sido asesinado, incluyendo a su esposo y a  Leopoldo. «El ‘perro’ ya dejó esta vida lo mismo el grupo que andaba con él» expresó el agente.

Teobaldo, Miguel y Leopoldo nunca más aparecieron, pero dejaron como legado sus nombres que serán incorporados al memorial. Al hacerlo Villa Grimaldi aquilata no solo nombres y apellidos, sino también historias de vida, de sueños y luchas que no pueden olvidarse en la construcción del futuro.