En Renaico, una localidad de alrededor de 10.000 habitantes, es el único caso de trauma ocular. El relato de Sebastián Zambrano se suma al Archivo Oral de Villa Grimaldi, para levantar testimonios de violaciones a los derechos humanos en regiones, con el fin de visibilizar estos hechos subalternos. Esto, en el marco del proyecto «Democracia, Memoria y Derechos Humanos. Perspectivas ciudadanas del Chile actual, el proceso constituyente y el estallido social», elaborado en conjunto con la Fundación Friedrich Ebert (FES Chile).

Sebastián Zambrano, nacido en Angol y criado en Renaico, fue víctima de trauma ocular el 19 de octubre de 2019. Su relato compone el octavo testimonio sobre violaciones a los derechos humanos durante el estallido social. Desde inicios de 2020 integra la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular, como parte del Área de Comunicaciones y Redes Sociales. Se define como una persona social y capaz de ayudar a los demás.

El ataque que Sebastián sufrió por parte de agentes del Estado ocurrió en la Región de la Araucanía. Respecto a las vulneraciones ocurridas en contexto del estallido social, Sebastián siente impotencia:

Solo por salir a manifestarse se vulneraron derechos básicos: ser heridos, violados y mutilados. Todo esto me hizo sentir mucha impotencia.”

Sebastián Zambrano

Inicio de las manifestaciones en Renaico

El 19 de octubre de 2019, mientras trabajaba en la radio local, Sebastián se enteró por redes sociales que había una convocatoria para manifestarse en la Plaza de Armas de Renaico a las 21:00 horas.

“Informé de esto en la radio donde trabajaba e invité al público que escuchaba la emisora a ser participe de ello. Me fui a mi casa, tomé once y salí a manifestarme con un trozo de tela que decía: no más abusos.

Sebastián Zambrano

En la instancia, había niños, adultos mayores y familias completas. La manifestación se movilizó hasta el frontis de la Municipalidad de Renaico y finalmente concluyó en la costanera del río. 

“Ahí se toma la decisión de cortar el tránsito de la carretera..Ya eran más de las 22 horas y nos manifestamos pacíficamente en la ruta 180.”

Sebastián Zambrano

El movimiento continuó por la carretera hasta el frontis de la Tenencia de Renaico. Es ahí cuando llegaron piquetes de Carabineros que, sin previo aviso sonoro, comenzaron a hacer uso de elementos disuasivos como gases lacrimógenos y el carro lanza-aguas.

En ese momento yo corrí. De pronto me doy vuelta y me llega un impacto de lacrimógena en mi ojo derecho. No me caí ni tuve perdida de consciencia, sentí el golpe y seguí arrancando. Me cubrí en un parque que había cerca de la carretera, ahí revisé mi ojo y me di cuenta que no veía.”

Sebastián Zambrano

Luego, con ayuda de manifestantes Sebastián logra llegar a un Centro de Salud Familiar (CESFAM) de la zona. “Llamé a mi mamá y le dije: los pacos me dispararon, voy al hospital y después me voy para la casa.”

En palabras de Sebastián, en el CESFAM le indicaron , de la manera más cruda e inhumana, “cagaste con tu ojo”. En la misma jornada fue trasladado al Hospital de Angol, donde le confirmaron el diagnóstico: trauma ocular severo.

El proceso de denuncia de vulneración a los derechos humanos  

Mientras estaba hospitalizado en Angol y sedado debido al dolor, una pareja de Carabineros llegó a preguntarle a Sebastián si iba a realizar una denuncia. 

Me tomaron declaraciones mientras estaba sedado, con mucho dolor. Ni me acuerdo si tuve que firmar o qué firma hice”.

Sebastián Zambrano

A la mañana siguiente, cuando Sebastián despertó, había un funcionario de Carabineros a su lado. “Estaba al lado de mi cama preguntándome qué me había pasado. Hice una nueva declaración y se fue.”

Luego, fue trasladado de Angol a Santiago, al Hospital Salvador. Ahí había otros heridos por trauma ocular, además de por balines y golpes, a diferencia de Renaico donde Sebastián era el único herido. 

“Estaba como si hubiese sido un campo de guerra. Esa noche dormimos dentro de la ambulancia con los conductores y una tens (técnico de enfermería). Fue la noche más horrible de mi vida: escuchaba sirenas, golpes, gritos, por todos lados.”

Sebastián Zambrano

Sebastián quedó en cama con prohibición de moverse, por riesgo de desprendimiento de retina. En noviembre fue operado por primera vez y le retiraron el cristalino. Debido a la presión interna del ojo, en marzo le pusieron una válvula intraocular de 1,5 mm. “Mi presión estaba en 46 y lo normal es de 10 o 20: tenía riesgo de perder el globo ocular.”

Trauma y recuperación producto de la violencia ejercida por agentes del Estado

“Cuando me dieron el alta lo primero que hice fue ir a la plaza. Lloré ahí y después fuimos a mi casa.”

Sebastián Zambrano

Sebastián pasó por un estado depresivo bastante complejo. Tomó la decisión de aislarse de las organizaciones y enfocarse en él. Sus amigos y otras organizaciones hicieron colectas para poder costear los traslados a Santiago relacionados a su proceso de recuperación.

Con las únicas entidades estatales que Sebastián ha tenido contacto son el Centro de Víctimas de Delitos Violentos del Ministerio del Interior, la Fiscalía, la Policía de Investigaciones y el Instituto Nacional de Derechos Humanos (…) “Ninguna autoridad tuvo contacto conmigo.”

Proceso constituyente y futuro

Al ser consultado, Sebastián comenta que el llamado Acuerdo por la Paz fue una propuesta parche, porque en las manifestaciones no era lo que se solicitaba, al menos al comienzo. Sin embargo, participó activamente en el proceso de elección, informándose para escoger bien su candidato o candidata. 

El día del plebiscito, Sebastián tomó su parche ocular y le escribió “No más mutilados”. Al llegar a votar, un militar le dijo que debía sacarse el parche, porque era una alusión política.

“Según la ley no puedo incitar el voto y con mi parche no estaba haciendo eso. Mi parche decía una verdad. Finalmente ingresé a votar con el parche.”

Sebastián Zambrano