Este año el recuerdo del montaje comunicacional llamado Operación Colombo se verificó en medio de la proliferación de “fake news”, situación que permite visualizar lo mucho que nos falta para lograr justicia plena y el derecho a una información ética, veraz y plural. Como también cuánto podríamos avanzar si se aprueba la nueva Constitución Política.

Con diversas actividades, que incluyeron la pintada de un gran mural en la ribera del río Mapocho, organizaciones de derechos humanos conmemoraron  un nuevo aniversario de la Operación Colombo, montaje comunicacional activado en 1975 por la dictadura para tratar de negar la existencia de prisioneros políticos desaparecidos. Ciento diecinueve de ellos fueron integrados a dos listas publicadas por medios apócrifos de Brasil y Argentina, afirmando que habían sido muertos en enfrentamientos con la policía argentina o asesinados en supuestas purgas internas. La prensa chilena difundió esta noticia agregándole titulares odiosos y  grotescos.

Este año, el recuerdo de los 119 se verificó en medio del debate en torno al próximo plebiscito constitucional y reiteradas denuncias por el uso de “noticias falsas” con las cuales se busca confundir a la ciudadanía y lograr que ésta rechace la propuesta de nueva Constitución de la República. La situación ha llegado a tal extremo que algunos medios han hecho circular manuales donde enseñan al público a detectar este tipo de noticias y ya se propone una iniciativa legal para castigar con fuertes multas a quienes las difunden.

Como se puede ver, a casi cincuenta años de Colombo  la guerra comunicacional continúa, entre quienes desean recuperar y profundizar la democracia y aquellos que pretenden mantener la vieja estructura y sus  privilegios injustos. Pero, a diferencia de 1975, en el próximo plebiscito constitucional -votando Apruebo-,  se nos brinda  una  oportunidad histórica para derrotar a los privilegiados y su maquinaria de falsedades y negacionismo.