Este 11 de julio coincidiendo con la conmemoración del Día Nacional del Periodista, el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago reformalizó al comerciante Marcelo Naranjo por el homicidio consumado de Francisca Sandoval, joven reportera del canal Señal 3 de La Victoria que cubría una marcha el 1º de Mayo en las inmediaciones del barrio Meigg. Desde ese lugar, Naranjo y otros sujetos abrieron fuego en contra de los manifestantes hiriendo gravemente a la comunicadora.
De esta forma Francisca se convierte en la primera periodista mujer asesinada en democracia, luego de 36 años de ocurrido el homicidio del periodista José Carrasco, a manos de la Central Nacional de Informaciones (CNI).
Lo anterior no es la única particularidad que rodea el caso de la jóven Sandoval. Una que salta a la vista y fue registrada profusamente, es la organización de bandas armadas privadas que actuaron a vista y paciencia de las unidades antimotines de la policía uniformada, procediendo a atacar una manifestación pública autorizada. Una de las aristas que debe aclarar la justicia es precisamente la actuación de la policía en estas circunstancias.
Otra particularidad es que la reportera de Señal 3 de La Victoria no es una periodista profesional, sino que formaba parte de un sector de las comunicaciones de la sociedad chilena que algunos denominan contrainformación, otros periodismo ciudadano, en donde organizaciones, movimientos sociales o colectivos de margen se dotan de sus propios medios de comunicación para tratar de romper el silenciamiento e invisibilidad a que los somete el aparato comunicacional del Estado y de las elites que lo controlan.
En este campo de la comunicaciones populares, Francisca tenía un amplio historial participando de las marchas y protestas cuando era estudiante de la desaparecida Universidad Arcis. En 2012, cubriendo una manifestación en contra de la ley de Pesca, fue arrollada brutalmente por un motorista de carabineros, incidente que no logró acallar su voz a pesar de que el culpable fue absuelto de los cargos.
En 2019 siguió de cerca las movilizaciones durante el estallido social, denunciando una y otra vez las graves violaciones en contra de los derechos humanos perpetradas por las fuerzas policiales. Y así habría continuado si el 1º de Mayo de 2022 una banda armada, atacara a balazos la marcha por el Día Internacional del Trabajo derribando a la valerosa Francisca de un disparo en su rostro.
Justicia para ella y reconocimiento y protección a los reporteros de medios independientes y alternativos.