En una ruca, especialmente construida para la ocasión, en el interior del sitio de memoria Parque por la Paz de Villa Grimaldi, fue exhibida este 28 de junio Ñuke, obra de teatro documental de la realizadora Paula González Seguel e interpretado por la compañía Kimvn Teatro. El evento concitó gran interés, principalmente de jóvenes que asistieron en gran cantidad y siguieron la trama de la obra visiblemente impactados por su dureza y la fuerza que transmite.

Ñuke introduce al espectador en la cultura mapuche de una manera directa y simple. La obra transcurre al interior de una ‘ruka’, donde los espectadores son dispuestos alrededor de un fogón, a la débil luz de ampolletas y velas. De esta manera se ven  inmersos rápidamente en un ambiente que los hace copartícipes de una verdadera experiencia de vida. El efecto se ve reforzado por la música que acompaña la obra y la intervención de un niño actor que canta en mapuzungún.

En julio de 2012, en un confuso incidente en la comunidad mapuche Wente Winkul Mapu, de la localidad de Ercilla, resultó herido de muerte el carabinero Hugo Albornoz, integrante del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE), la unidad de élite que la policía uniformada mantiene desplegada en la Araucanía. Este hecho da el pie para la trama de Ñuke que busca reflejar la resistencia cotidiana del pueblo mapuche a los múltiples factores que amenazan su existencia, entre ellas la represión por parte del Estado de Chile que ha militarizado el territorio a través del despliegue de un poderoso contingente de policías soldados.

En Ñuke, los espectadores son introducidos al ambiente de temor cotidiano en que vive la familia protagonista, a su rabia contenida, pero a veces explosiva; a la vivencia del efecto de la prisión política, a las contradicciones internas de un pueblo en lucha, a la pobreza, a una niñez blanco de violencia que ha llevado a muchas familias a confinar a los hijos en las casas, para evitar que en el trayecto hacia las escuelas sean blanco de hostigamientos y maltrato a manos de las tropas ocupantes, como le ocurrió al adolescente Brandon Hernández Huentecol, acribillado a perdigones estando en el suelo y reducido por una patrulla de soldados policía, o al niño M.P.C. de 15 años que acompañaba al comunero Camilo Catrillanca en el momento de ser asesinado por uno de estos uniformados.

Con toda la carga de denuncia, la obra de Paula González Seguel dista de ser una pieza panfletaria. Ñuke es una pieza sobria, dura y contenida y eso le brinda aún más fuerza a su mensaje.