La DINA lo mantuvo secuestrado primero en Villa Grimaldi para luego trasladarlo al Cuartel Simón Bolívar. Sabían que lo asesinarían, pues lo hacían hacer trabajos en el ex Cuartel Terranova sin venda. Sus autores, fueron condenados a 20 años por el ministro Leopoldo Llanos.

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Por Carlos Antonio Vergara

Vicente Atencio Cortez, casado, cuatro hijos, ex dirigente sindical, ex alcalde de Arica, miembro del Comité Central, Secretario Político del Comité Regional Sur hasta 1976, fue detenido el 11 de agosto de 1976, por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y trasladado hasta Villa Grimaldi. Luego fue llevado al Cuartel Simón Bolívar, asesinado y enterrado en una fosa clandestina. Sus restos fueron encontrados el 21 de marzo de 1990 en el fundo Las Tórtolas de Colina, que fue propiedad del Ejército hasta 1980.

Hace unos días concluyó la investigación sustanciada del ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Leopoldo Llanos, quien condenó a penas de 20 años de presidio al director de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Manuel Contreras Sepúlveda y los agentes Pedro Espinoza Bravo, Carlos López Tapia, Rolf Wenderoth Pozo, Juan Morales Salgado y Ricardo Lawrence Mires por el crimen. Lawrence está prófugo de la justicia desde febrero desde este año, luego que no concurriera a notificarse en la querella por torturas, presentada por 30 sobrevivientes de Villa Grimaldi. Tiene orden de arresto.

Numerosos testigos vieron al ex diputado Atencio en Villa Grimaldi. Leonardo Alberto Schneider Jordán, ex militante del MIR, quien permaneció un año y medio en el ex Cuartel Terranova, sin venda en los ojos, ni ataduras y con la puerta de la celda abierta, recordó en su declaración que los primeros meses de 1976 llegó un gran número de detenidos, todos dirigentes del Partido Comunista. Llegaron en dos grupos, los primeros meses de 1976 y otros en invierno del mismo año. Entre los comunistas que vio en Villa Grimaldi se encuentran, Vicente Atencio, Alejandro Rodríguez y Víctor Díaz.

Lo sacaban a trabajar en Villa Grimaldi

Otro ex militante del MIR, Emilio Iribarren Ledermann, detenido el 4 de enero de 1975, quien permaneció como prisionero hasta el 3 de diciembre de 1976 en Villa Grimaldi dice que el agente Germán Barriga estaba a cargo de reprimir al PC. Llegaba con gran cantidad de detenidos. Indica que en algún momento se los llevaron a todos, dejando solo a Víctor Díaz y otros cuatro o cinco dirigentes.

Iribarren agrega “que en cinco meses deben haber pasado unos setenta integrantes del PC los que eran detenidos en colectividad y no individualmente”, presume que detenían a la célula completa, “eran torturados, permanecían un par de días y luego los sacaban” de Villa Grimaldi.

Rosa Leiva Muñoz, enlace del PC, fue detenida el 20 de agosto de 1976. Fue encerrada en La Torre, lugar donde pocos salían con vida. Allí recuerda habían otros detenidos. Vio a Julia Retamal, encargada de Solidaridad del Regional Norte del Partido Comunista, detenida desaparecida, a Marta Ugarte y Víctor Díaz. Conversó con Marta Ugarte, quien le contó que en Villa Grimaldi “estaba detenido Vicente Atencio a quien sacaban todos los días muy temprano a trabajar”. Ugarte fue lanzada al mar. Es la única persona que el océano devolvió.

Omar Rigoberto Rosales Chávez, detenido el 11 de agosto de 1976, recordó que mientras lo interrogaban escuchó la voz de Vicente Atencio, quien se identificó como ex diputado del PC y que hace poco había llegado a Santiago.

Pedro Rolando Jara Alegría, integrante del Frente Propaganda del PC fue detenido el 30 de julio de 1976. En Villa Grimaldi fue obligado a desabollar un auto junto al joven Carlos Vizcarra Cofré, detenido desaparecido, quien le contó que era de las Juventudes Comunistas, y que lo torturaban con electricidad, le exhibió las llagas que presentaba en su cuerpo, las que expendían mal olor. En una ocasión mientras desabollaba una camioneta en el patio de Villa Grimaldi pasó un grupo de detenidos en fila india, todos vendados, guiados por un guardia, y Vizcarra le comentó «ahí va el compañero Atencio».

Joyce Ahumada Despouy, funcionaria del Ejército, destinada en la DINA a la brigada Lautaro, la cual estaba a cargo de Juan Morales Salgado. Señala que este equipo operativo de la DINA, se trasladó al cuartel Simón Bolívar, ubicado en el número 8630.

Ahumada aseguró que la gente de Barriga y Lawrence practicaban las detenciones. Las brigadas Lautaro y las de Barriga y Lawrence trabajaban unidas, “Manuel Contreras siempre era invitado al Cuartel de Simón Bolívar cuando se hacían celebraciones. En algunas ocasiones iba solo y en otras, acompañado de otros oficiales”, sostiene.

Celinda Aspe Rojas, funcionaria de la Armada, destinada a la DINA confesó que debía en algunas ocasiones alimentar a los detenidos del Cuartel Simón Bolívar, los cuales estaban “encerrados en unas casuchas o camarines”.

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Simón Bolívar 8800 hoy convertido en un condominio

Los detenidos “salían empaquetados”

Elisa del Carmen Magna Astudillo, del Ejército destinada a la DINA, puntualizó que a los detenidos se les interrogaba con aplicación de corriente y “salían empaquetados, enfundados en sacos paperos amarrados con alambres. Los cuerpos eran dejados en el patio donde estaba la cancha de fútbol. Cada cierto tiempo se veían cadáveres ensacados en los vehículos por Morales y Lawrence y sus equipos”. Magna Astudillo calcula que pasaron por el cuartel unos sesenta detenidos, en su declaración a la Justicia.

Carlos Bermúdez Méndez, funcionario de Ejército destinado a la DINA, coincide con la declaración de Magna. En el Cuartel Simón Bolívar “los detenidos eran encerrados en el sector del casino, amarrados y vendados. Los detenidos eran traídos por la gente de Lawrence y Barriga y eran interrogados bajo apremio por los mismos agentes de la brigada; según comentarios, se les daba muerte y se les borraba las huellas digitales con un soplete y los cuerpos de los detenidos eran sacados del cuartel envueltos como paquetes”.

Claudio Orlando Orellana de La Pinta, carabinero destinado a la DINA, del grupo Lautaro, dijo que en octubre de 1976 llega al Cuartel Simón Bolívar una agrupación o brigada a cargo de Barriga y de Lawrence. Recuerda “el caso de una detenida, a quien le aplicaron una inyección letal por la Teniente Gladys Calderón, quien era la encargada de realizar este procedimiento en varias ocasiones con otros detenidos. En varias ocasiones le correspondió ir a lanzar cuerpos a la cuesta Barriga.”

Orfa Saavedra Vásquez, funcionaria del Ejército, destinada a la DINA, precisa que también en una oportunidad, a fines de 1976, le correspondió ir en una comitiva a lanzar cuerpos envueltos en sacos paperos a la cuesta Barriga.

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Delito de lesa humanidad

El ministro Leopoldo Llanos al aplicar 20 años de presidio, consideró jurídicamente los hechos como secuestro calificado. Entre las agravantes consideró la alevosía, esto es, los hechores obraron a traición o sobre seguro, y con premeditación conocida.

Asimismo, se castigó la inhumación ilegal, y “privación de libertad y posterior ejecución, sin orden administrativa ni judicial que las justificare, con fines de represión política, de los opositores al régimen imperante”.

De acuerdo al Derecho Penal Internacional –razonó Llanos-, debe considerarse como “un ataque sistemático o generalizado en contra de bienes jurídicos fundamentales, como la vida, a una parte de la población civil, con determinada opción ideológica, con la participación del poder político, por la intervención de agentes del Estado, destinados, en comisión de servicios, a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), y concluirse, por ende, que estamos en presencia de “un delito de lesa humanidad”.

En aspecto civil, el fallo ordena al fisco pagar una indemnización de 100 millones de pesos a cada uno de los hijos de la víctima: Laura Ester, Isabel Magdalena, Iván José y Vicente Erasmo Atencio Abarca.

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Agosto de 2012, marcha entre Villa Grimaldi
y el ex cuartel de Simón Bolívar 8800