Fue dirigente de Lo Hermida y perteneció a la escolta del ex Presidente Salvador Allende, el GAP. Se le vio por última vez en Villa Grimaldi el 28 de febrero de 1975, cuando fue sacado en fila junto a otros prisioneros.

 Por Carlos Antonio Vergara

El ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago para causas por violaciones a los derechos humanos, Mario Carroza, dictó sentencia de primera instancia en la desaparición del militante del MIR, José Calderón Ovalle.

El magistrado condenó a los agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA),Manuel Contreras, Marcelo Moren Brito, Miguel Krassnoff  y Rolf Wenderoth a 7 años de presidio por el delito de secuestro calificado.

José Calderón Ovalle, 34 años de edad, fue dirigente poblacional en el segundo sector de Lo Hermida, en la comuna de Peñalolén.Tenía una vivienda en el ex ‘Campamento Vietnam Heroico’. Sus compañeros, la mayor parte de ellos mucho más jóvenes que él, lo apodaban cariñosamente  “El Viejo de Lo Hermida”.

La investigación judicial determinó  que fue detenido el día 17 de febrero de 1975 por uno de los grupos operativos de la DINA, la Brigada Caupolicán y llevado al ex Cuartel Terranova. Allí fue torturado y se le vio por última vez el 28 de febrero,  cuando fue sacado en fila junto a otros prisioneros.

Una de las testigos es la periodista Gladys Díaz, quien había sido detenida el 20 de febrero. Recordó que en una ocasión, mientras estaba de pie y vendada, se le acercó  una persona y le golpeó el hombro, la saludó y se identificó como El Viejo de Lo Hermida. Calderón le relató en esa oportunidad que se conocieron cuando ella concurrió a Lo Hermida en 1972, a cumplir su labor como periodista.

El Chacra: se van a Puerto Montt

En su relato a la Justicia Díaz señaló que el 28 de febrero de 1975, “aproximadamente a las 11 horas, lo sacan de la celda con otras personas, con el propósito de ejecutarlos, ya que una de las detenidas, Amelia Negrón Larré, escuchó a esa misma hora y el mismo día: ‘traigan 14 personas para los que se van a Puerto Montt’, todos los cuales se encuentran actualmente desaparecidos”.

Negrón, detenida el 10 de febrero de 1975, luego de ser torturada fue traslada al centro de detención de Cuatro Alamos el 23 de febrero, pero el 28 de ese mismo mes, la volvieron a trasladar a Villa Grimaldi a la sala de mujeres y relató el episodio con precisión. En la oportunidad, le preguntó a uno de los guardias apodado “El Chacra”, quien se encontraba muy nervioso, qué estaba sucediendo con un grupo de 12 detenidos que estaban formados en el patio. El agente le señaló que “se iban a Puerto Montt”, clave de la DINA para el destino final de los detenidos desaparecidos cuyos cuerpos eran lanzados al mar.

Negrón pudo mirar a través de una rendija a quienes estaban en esa fila. Entre ellos reconoció a Calderón, a quien ya había visto al interior de Villa Grimaldi, cuando iba al baño o era trasladada a otras dependencias.

Juan Negrón Larré, detenido el 10 de febrero de 1975, también lo vio. “Los guardias le llamaban 2001 Odisea del Espacio, porque siempre estaba desconectado de todo el mundo”, indicó al tribunal, quizás, en referencia a que Ovalle no reconocía contactos con otros miembros de su partido en los interrogatorios. El 23 de febrero aproximadamente, en una oportunidad en que los prisioneros son trasladados a las duchas, Negrón conversó brevemente con él. Nada le dijo sobre su detención o sus funciones en el MIR.

Ex miembro del GAP, la escolta de Allende

Gracias al testimonio de Jorge Weil Parodi, detenido el primero de febrero de 1975, se constató que Calderón Ovalle fue arrestado el 17 de febrero. Ese día,

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en momentos en que es trasladado hasta las ‘Casas Corvi’, celdas de 1 metro por 1 metro, destinados a los incomunicados del resto de los presos, el guardia que conducía a Calderón se equivocó de celda y lo dejó junto a él. Lograron intercambiar unas palabras y luego lo fueron a buscar.

Weil conocía a Calderón desde 1971, como dirigente poblacional de Lo Hermida. En relación a las circunstancias en que fue detenido Calderón Ovalle, “este le habría comentado en Villa Grimaldi, que fue aprehendido  con un grupo de personas, dentro de las cuales se encontraba Manuel Cortés y Alan Bruce, en un sector alto de Vitacura o Las Condes, en una casa”, consigna el fallo.

Hugo Salinas Farfán, detenido entre el 03 de enero de 1975, lo vio en dos oportunidades, cuando los sacaban a almorzar. Ambos se conocían desde 1972, en la Fuerza Central del MIR.

Calderón Ovalle perteneció a la escolta del ex presidente Salvador Allende, el Grupo de Amigos Personales (GAP), después de su elección en 1970, cuando estaba compuesta por militantes del MIR y del Partido Socialista. Formó parte del grupo especializado en copamiento territorial. Es decir, quienes vigilaban los alrededores de los lugares a los cuales llegaba el ex mandatario, señaló Enérico García en el documental Capítulos de Memoria, producido por la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi.

Daniel Herrera Navarrete, ex dirigente de la Junta de Vecinos de Lo Hermida y militante del MIR, amigo de José Calderón Ovalle, fue detenido en mayo de 1975 y trasladado a Villa Grimaldi. Fue torturado por varios agentes, entre ellos Osvaldo Romo Mena, a quien conocía, por haber sido este último dirigente del campamento Lulo Pinochet.  Herrera le preguntó a Romo por Calderón Ovalle, a lo cual éste le replicó ignorar todo tipo de información, pero después le dijo que lo había visto en febrero de ese año. Romo en una declaración prestada el año 1996 a la Justicia negó tener antecedente alguno.

Héctor González Osorio, detenido el 6 de diciembre de 1974, quien permaneció seis meses secuestrado en Villa Grimaldi, relató que los prisioneros “dormían en el suelo y siempre permaneciendo con los ojos vendados, en la noche les amarraban los pies y manos por la espalda y en la mañana los sacaban al baño”. Entre las víctimas que logró ver estaba Calderón Ovalle.

La defensa de Contreras, Moren Brito, Krassnoff  y Wenderoth solicitaron se aplicara la figura de la media prescripción o prescripción gradual, la cual fue rechazada por el ministro Mario Carroza, por “cuanto en el secuestro calificado no hay pruebas del término de la retención o de la fecha de la muerte de la víctima”.

En el aspecto civil, el fallo condenó al fisco a pagar una indemnización de perjuicios por daño moral a cada una de las tres hijas de la víctima y a su viuda Margarita Bernales Mondaca.