La obra que indaga en un abuso policial en Italia, es más que necesaria, cuando hace menos de un mes murió el obrero Nelson Quichillao en el mineral El Salvador, debido a una bala disparada por Carabineros en una manifestación.
Texto: Carlos Antonio Vergara, fotografías Luis Fernando Arellano.
A través de una historia ocurrida en Italia, en la ciudad de Ferrara el año 2005, la directora de la pieza teatral Federico, Paula Zúñiga, nos hace mirarnos a nosotros mismos y a nuestra sociedad con el tema del abuso policial.
El relato se introduce a través de una presentadora televisiva que indaga sobre hechos en los cuales cuatro policías, presuntos responsables de la muerte de Federico Aldrovandi. Asimismo se denuncia la lentitud y desidia en la investigación y el dolor de la madre.
Los acusados dicen que Federico murió debido a su drogadicción y estaba enloquecido. “No era un ser humano, era un potro desbocado, nos agredía, estaba fuera de sí. Usamos la fuerza absolutamente necesaria. No es una mano blanda, no es una mano dura, es una mano firme”, argumenta desde el lado policial.
Sin embargo, hay testigos que hablan que Federico murió producto de una golpiza con sus bastones de servicio.
En el recorrido dramático se retrocede al momento en que una tía debe reconocer el cadáver y habla su padre, quien acusa que se ha dañado la imagen de su hijo y de la institución en la cual él trabaja.
La tensión aumenta, cuando en el juicio, hablan los testigos y comienza a mostrarse el tramado de los hilos de la verdad, cuando alguien afirma que vio que “todos le pegaban, lo golpeaban”.
Es “un ejercicio colectivo para la reivindicación de la memoria de quienes en Chile y en el mundo han muerto producto del abuso de poder”, dicen sus creadores.
Desde ese punto de vista, la obra es más que necesaria, cuando hace menos de un mes debimos lamentar la muerte del obrero Nelson Quichillao en el mineral El Salvador, debido a una bala disparada por Carabineros, o el 21 de mayo cuando un carro lanza aguas en Valparaíso dejó grave a Rodrigo Avilés.
Sin embargo, para ejemplificar, los actores de Federico destacan un caso emblemático: el de Manuel Gutiérrez, estudiante de 16 años, quien falleció baleado el 25 de agosto de 2011 en la comuna de Macul en una manifestación en la que se exigía educación gratuita. La vida de Gutiérrez costó al sargento de Carabineros Miguel Millacura, 400 días de reclusión menor en su grado mínimo, es decir, ni un solo día de cárcel efectiva, según el fallo de la Corte Marcial de mayo de este año.
Así, se hace más vigente la propuesta teatral que dirige Paula Zúñiga, presentada este fin de semana y que hizo emocionarse no sólo al público, sino a los actores, por compartir la obra en un lugar emblemático como Villa Grimaldi.
