“Si pudiera, estaría ahí, colaborando con la asistencia”, dijo a su viuda Silvia Olego antes de fallecer en Buenos Aires, en un homenaje realizado en el Parque por la Paz Villa Grimaldi. Su labor salvó la vida de miles de perseguidos. El abogado Roberto Garretón consideró a Chile un país egoísta con los refugiados, después de toda la solidaridad que recibió. Se plantó un árbol  en su recuerdo.

Por Carlos Antonio Vergara, fotografías Luis Fernando Arellano

Plantacion2

Un homenaje al ex representante y Jefe de Misión en Chile del Comité Internacional de las Migraciones Europeas (Cime), Roberto Kozak, diplomático que salvó miles de vidas de perseguidos durante la dictadura culminó anoche en el Parque por la Paz Villa Grimaldi, oportunidad en que se colocó un árbol de la especie nativa quilay en su memoria.

El Cime se llama actualmente Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y es una entidad intergubernamental.

A la actividad asistió la familia de Roberto Kozak, entre ellas su viuda Silvia Olego, quien agradeció el homenaje “en este espacio, símbolo del horror y las siniestras violaciones a los derechos humanos, que tanto marcó al país y quienes lo sufrieron, cobra especial significación”.

“Comparto con ustedes una situación íntima, la última conversación que tuve con Roberto, sin saber que minutos después iba a fallecer, fue precisamente referida a la situación de los refugiados en Europa”, señaló.

“Recuerdo que íbamos en un taxi, en Buenos Aires, escuchando noticias sobre el estado de miles de refugiados sirios agolpados en las fronteras en búsqueda de un mundo mejor y de un derecho como es el de vivir en paz. Esta realidad lo tenía verdaderamente conmocionado. Me dijo, si pudiera, estaría ahí, colaborando con la asistencia. Ese fue su último deseo, vinculado fuertemente con la solidaridad”, relató.

“Por el amor y gratitud de tantos que te queremos, hoy Villa Grimaldi tendrá un árbol nuevo, un quillay, especie que admirabas por su talento de desarrollarse, casi en la adversidad. Este quillay crecerá robusto como tu legado”, finalizó Olego.

SilviaOlego2

Silvia Olego.

Los vehículos de los represores en la afueras de la sede diplomática

Eliana Infante, Asistente de Operaciones y Movilidad de Personas de la OIM, leyó un texto del actual Representante en Chile, Norberto Girón, quien expresó a través de un texto, que después del 11 de septiembre de 1973 las representaciones diplomáticas de sus países miembros se vieron colmadas de refugiados solicitando asilo, y la sede en Ginebra decidió enviar Chile al argentino Roberto Kozak, quien cumplía funciones en Buenos Aires.

“El Cime en el Santiago de entonces se componía de un Jefe de Misión, una secretaria y un chofer. Roberto al llegar y ver la magnitud del problema, solicitó la venida de más personal internacional: así llegaron a Chile una danesa, Lissen Elkin y un griego, Anthony Vassiliadis, para evacuar las embajadas y reasentar en el exterior a los refugiados”, expresó Girón en su texto.

“Las embajadas se llenaron nuevamente de asilados chilenos, mientras los campamentos Tres y Cuatro Alamos y las cárceles chilenas se llenaban de detenidos. Fue entonces cuando Roberto, tremendo negociador, obtuvo diversos acuerdos con las autoridades de la época, para lograr así salvoconductos para los asilados y decretos de expulsión y de conmutación de penas por extrañamiento, solicitando a la vez, visas de aceptación para ellos en los distintos países de acogida, logrando así la salida al exterior de miles de chilenos en cautiverio”, rememoró.

Por su parte, la Secretaria General de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, Teresa Izquierdo, indicó que es un privilegio rendirle un homenaje a Roberto Kozak, porque todo lo que “hizo para defender la libertad de los chilenos perseguidos fue inconmensurable y hace mucha falta agradecerlo ahora y siempre”.

Asimismo entregó un testimonio personal. “Gran hombre Roberto, tan valeroso que una noche en que ya no sabía qué hacer, porque no resultaban los trámites para permitir mi salida de Chile, se quedó conmigo en su oficina de Los Leones y dormimos en el suelo. Era demasiado peligroso que volviésemos a su casa, así que ese hombre tan refinado y buen mozo, se sacó los zapatos, su chaqueta, su camisa con colleras y se instaló dentro de un buzo deportivo, se acostó tranquilamente, desafiando a los represores que tenían sus autos estacionados en la puerta y no podían entrar porque estaban en un recinto diplomático”, recordó.

TeresaIzquierdo1

Teresa Izquierdo.

Roberto Garretón: Chile hoy, país egoísta con los refugiados

En la oportunidad, se reconoció también la labor que realizó una vez terminada la dictadura para ayudar a la reinserción de los exiliados que regresaban al país.

Roberto Garretón ex jefe del área jurídica de la Vicaría de la Solidaridad hizo un paralelo entre el Chile y de hoy y antes del golpe de Estado, el cual dijo había sido un país de acogida de exiliados.

Aseguró que Chile con toda la solidaridad que recibió “desde el 11 de septiembre de 1973, hemos sido miserables, no le damos refugio a nadie, el país de refugio de toda América Latina y de España y México hoy día Chile no solidariza con nadie. Este no es el Chile pre 11 septiembre de 1973. Este es hoy día un país egoísta, bastante miserable en estas materias. No ha respondido a la solidaridad que recibimos”, sentenció el abogado.

RobertoGarreton

Roberto Garretón

En tanto, el sobreviviente de Villa Grimaldi y ex miembro del directorio de la Corporación, Rodrigo Del Villar, conoció a Kozak en prisión en mayo de 1976.

“El, en un gesto que lo refleja en toda su magnitud y aprovechando un viaje al campo de concentración de Puchuncaví, para buscar a un grupo de prisioneros que viajaban a Estados Unidos, solicitó autorización para trasladarme a Santiago” al campo de Tres Alamos desde donde debía ser liberado.

“Roberto finalmente me consiguió visa para Suecia y él personalmente el día de mi partida, me acompañó al aeropuerto. Posteriormente, ayudó a mi querida compañera, Silvana, a salir del país, siempre preocupado de nuestra seguridad”, rememoró Del Villar.

Roberto Kozak y su esposa Silvia iban “de reunión en reunión tocando las puertas de las embajadas, rogando que recibieran a los chilenos perseguidos. Tiene que haber sido una labor extenuante, que dio como resultado que miles de personas salvaran sus vidas”, puntualizó.

Asimismo, reconoció el interés que los diputados Claudio Arriagada, Ramón Farías y Sergio Aguiló mostraron para que se le concediera la nacionalidad por gracia.

En la oportunidad, la familia procedió a plantar el árbol en su homenaje y recuerdo.

Plantacion1