“A las 15:00 del viernes 23 de septiembre se realizaron los funerales en Hamburgo con más de un centenar de personas que llegaron para acompañarlo…la ceremonia se realizó en la Iglesia Luterana Apostelkirche, donde Helmut solía asistir con su familia. El féretro estuvo cubierto con una manta mapuche junto a su fotografía. Hubo música de Bach, que era su compositor preferido, mediante un organista y trompetista” cuenta en una sentida crónica la sobreviviente de Villa Grimaldi Lelia Pérez quien testimonió a nombre de los chilenos residentes.

Prosigue relatando Lelia: “la ceremonia fue llevada a cabo por dos pastores que lo conocían y uno de ellos señalo…Helmut es el pastor que más ateos lloran…. Su esposa Lucía estaba visiblemente emocionada, y dos de sus hijas Bárbara y Elizabeth con sus familias estaban presentes…diversos testimonios y agradecimientos se entregaron…la comunidad chilena en Hamburgo, Berlín y Bochum también participó mediante la canción Gracias a la Vida…lo cierto es que hemos estado con Helmut, así como él ha estado con nosotros…”

Luego, dos días más tarde el domingo 25 de septiembre y en Santiago se convocaban a homenajear a Helmut Frenz, seis instituciones del ámbito de los derechos humanos: la Iglesia Evangélica Luterana en Chile, el CODEPU, el FASIC, la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad, el PIDEE – Fundación de Protección a la Infancia dañada por los Estados de Emergencia y la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi.

Con una ceremonia ecuménica concelebrada por siete pastores y una pastora, el canto de Isabel Aldunate junto al Grupo Napale, diversos y sentidos saludos de Chile y el extranjero y una vibrante intervención del Director Ejecutivo del FASIC Claudio González y sobre todo con un marco de público de alrededor trescientas personas, se realizó este adiós para homenajear a un grande. A un pastor jugado en los tiempos difíciles y que terminada la dictadura, prolongó su relación con Chile y sobre todo con los nuevos perseguidos: los mapuches y los exiliados con penas de extrañamiento.

La Velaría de Villa Grimaldi con la Torre al fondo y un cartel que decía “gracias Helmut” escoltado por dos retratos fue el escenario de este adiós al amigo fraterno, al hombre del “partido de los perseguidos”, en este septiembre de movilizaciones estudiantiles y memorias.

Al finalizar la ceremonia, quedaría aún pendiente plantar el canelo entregado en la ceremonia para recordar a este pastor chileno-alemán que, se enamoró de Chile durante 46 años de su vida.

COMUNICACIONES VILLA GRIMALDI. 26.9.