En el Día Internacional de los Derechos Humanos, fue lanzado en Villa Grimaldi el libro “Lugares de memoria y sitios de conciencia: construyendo memoria y patrimonio para la acción en derechos humanos”, volumen que reúne reflexiones de distintos autores sobre el tema. En sus páginas se da cuenta del surgimiento, en la transición democrática chilena, de movimientos sociales que logran recuperar recintos donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos, para convertirlos en sitios de memoria y desarrollar en ellos singulares experiencias educativas y culturales.
La sociedad civil toma la iniciativa
El antropólogo Daniel Rebolledo, a nombre de los editores, destacó que estas recuperaciones fueron gestadas desde la sociedad civil, con la participación de sobrevivientes, familiares de víctimas, vecinos y comunidades religiosas, entre otras. “Así comienza un proceso de memorialización y patrimonialización marcado por la urgencia, ante la posibilidad de que muchos de estos espacios fueran destruidos, invisibilizados u olvidados. La existencia de estos espacios en la ciudad, es un diario recordatorio a todas y todos de que los hechos que aquí ocurrieron no se debieran nunca repetir, y su activación ha permitido la promoción de una cultura por los derechos humanos y de valoración a la democracia como un mínimo ético civilizatorio”, manifestó Rebolledo.
El Estado al debe con la memoria
Por su parte Haydee Oberreuter, Subsecretaria de Derechos Humanos reconoció que el Estado de Chile está al debe con la memoria. “Ciertamente, desde la Subsecretaría de Derechos Humanos estamos bien conscientes de que el Estado debe actuar de un modo mucho más proactivo, y debe avanzar en saldar graves deudas pendientes en materia de memoria, reparación, garantías de no repetición, verdad y justicia. Por eso manifiesto mi más profundo agradecimiento por el trabajo realizado, que se encarga de actualizar discusiones y densificar el panorama, lo que aporta mucho. Estamos avanzando en construir una ley que nos permita desarrollar políticas de memoria para el largo plazo, a través de la puesta en valor del conocimiento y el trabajo acumulado. Esperamos en los próximos meses iniciar procesos concretos de diálogo en ese sentido”.
Mantener en alto la bandera de los derechos humanos
Por su parte Alvaro Ahumada, presidente de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, afirmó que la conmemoración -el 2023-, del 50 aniversario del golpe de Estado cívico militar de 1973 se verificará en un contexto complejo por el surgimiento de una “extrema derecha negacionista, articulada a nivel internacional, fortalecida en el auge de la xenofobia, en la criminalización de los migrantes, en los temores frente al crimen organizado y en el debilitamiento de la democracia frente al populismo autoritario. En este ambiente deberemos mantener en alto la bandera de los derechos humanos y la democracia y fortalecer con unidad nuestras acciones frente a los signos de retroceso”.
Estamos convencidos y convencidas que para lograr una verdadera convivencia democrática es preciso reconocer el pasado y el presente de violaciones a los derechos humanos y, lo más importante, garantizar el efectivo respeto y ejercicio de las medidas de justicia transicional como una obligación esencial del Estado.
Rocas de Santo Domingo
En noviembre de 2014 el Consejo de Monumentos Nacionales declaró monumento histórico la ex escuela de torturadores de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). El recinto correspondía a un conjunto de cabañas que servían de balneario para los asociados a la Central Única de Trabajadores, dueña del lugar. Tras el golpe de Estado el Ejército usurpó el balneario para instalar un centro de adiestramiento de agentes del organismo represivo.
Desde esa fecha Ana Becerra, ex prisionera y sobreviviente de Rocas de Santo Domingo espera tomar posesión del lugar y de los pocos vestigios que quedaron luego de la demolición de las cabañas en 2013. Mientras espera las marejadas van deteriorando irremediablemente lo que restó de las cabañas que alguna vez acogieron a obreros en vacaciones junto a sus familias.
La evolución del Movimiento de Derechos Humanos (MDH)
Las acciones de derechos humanos bajo dictadura se centraban en la denuncia a las violaciones de derechos humanos, a la protección de la vida, la protección de víctimas y la seguridad para la población en su conjunto, respecto de las acciones represivas del régimen. “Hoy es posible hablar de un Movimiento de Derechos Humanos que por diversas razones, políticas, económicas, sociales, se fue debilitando en el transcurso de la década de los años noventa. Sin embargo, ya sea como resultado de una acción consciente o no, este mismo MDH fue mutando de organizaciones centradas en el eje de los derechos humanos al de memoria histórica”.
En el caso de Arica se aprecia una memoria reciente que ha sido plasmada en diferentes espacios de la ciudad, mediante distintas intervenciones materiales como monolitos, placas y esculturas. La memoria histórica en esta ciudad ha encontrado un eco relevante en las nuevas generaciones que desean conocer, investigar y construir nuevos aprendizajes. El aniversario número cincuenta del golpe de Estado, podría constituirse en un hito en el movimiento de derechos humanos que poco a poco transita hacia un Movimiento por el Patrimonio de la Memoria.