Viernes 19 de noviembre de 2010, 20:30 hrs, Parque por la Paz Villa Grimaldi, José Arrieta Nº8401, Peñalolén. Entrada Liberada.
Ambientado en los años 70, este conmovedor y brillante montaje de la compañía La Trompeta es uno de los mejores del año. La dramaturga y actriz Ximena Carrera (Jemmy Button, Naturaleza muerta, Por encargo del olvido) emplea la figura de la medusa (que da nombre a la obra) figura como alegoría del rol que cumplieron tres colaboradoras de los servicios de seguridad del régimen de Pinochet: Luz Arce, Marcia Merino (la Flaca Alejandra) y María Alicia Uribe, a las que los represores les asignan identificar a militantes que luego eran detenidos torturados y hechos desaparecer.
Investigaciones periodísticas y testimonios recogidos en algunas publicaciones (como Mi verdad, de M. Merino, y El infierno, de Luz Arce) sirvieron a la autora de inspiración para escribir un texto sin estridencias y contundente al punto que puede incomodar a a quienes asisten al teatro esperando complacencia. “Medusa” recrea un hecho verídico. Las informantes —detenidas y torturadas por la DINA antes de transformarse en colaboradoras— han sido trasladadas a un departamento de Santiago que comparten en un clima de contante crispación. No están encerradas, pero por distintos motivos, no escapan. Las culpas individuales se mezclan en el lugar con la desconfianza mutua y la paranoia de la delación. Mientras Carmen (Nona Fernández) se muestra preocupada de la protección de su hijo y a Nina (Ximena Carrera) la angustia la suerte que correrán sus padres, Mariana (Carmina Riego) se debate entre el sufrimiento interior y un comportamiento omnipotente y delirante. La situación avanza entre las instrucciones que reciben para cumplir nuevas misiones, las tácticas para no ser reconocidas cuando salen a la calle y la posibilidad de huir.
La obra ya se presentó con éxito en Lastarria 90 y el teatro del Sidarte.
La obra impresiona por las actuaciones, ya que las tres actrices realizan una intensa caracterización, cada una con matices y sutilezas que recorren su cuerpo como soporte y motor de las acciones, y que aportan a la creación del mundo escénico. Nona Fernández es Carmen, la más ruda y aparentemente más asertiva (Luz Arce); Carmina Riego es Mariana (la Flaca Alejandra), la que duda y pone en jaque la aparente normalidad de la situación, y Ximena Carrera es Nina (Carola), siempre al filo del desborde emocional. Otro atractivo es el despojado montaje, a cargo de Sebastián Vila.
Una escenografía mínima, sin música ni otros agregados extra actorales, consiguen potenciar el texto y el desempeño de las intérpretes, ya que su voz (hablada y emocional) puede escucharse sin interferencias. Finalmente, e igual de impactante, es la última escena, que deja en manos del público el juicio moral ante lo visto, porque”Medusa” no toma partido ni condena a las protagonistas. ¿Víctimas o victimarias? ¿Redención o infierno eterno?