Con una masiva y colorida participación de comunidades cristianas, jóvenes y familias provenientes de diferentes sectores de Santiago, se realizó el tradicional Vía Crucis popular, el que se desplaza por la avenida José Arrieta y que culmina en el interior del Parque por la Paz Villa Grimaldi.

La actividad estuvo marcada con la consigna “No aceptamos que sigan desapareciendo personas” en clara alusión a Julia Chuñil, de 72 años, presidenta de la Comunidad Mapuche de Putreguel y defensora medioambiental, quien ya cumple más de cinco meses sin saber de su paradero.

Con lienzos, pancartas y cantos, los asistentes a la actividad se sumaron a esta demanda, además de exigir el respeto a los derechos humanos y rechazar el negacionismo que buscan instaurar sectores vinculados a la derecha política de nuestro país.

Tras marchar por avenida José Arrieta, se concentraron en el ingreso a Villa Grimaldi, cuyo portón cerrado les fue abierto por Marcela Espinoza, secretaria general de la Corporación; Carola Zuleta, administradora de la misma, y la sobreviviente Nubia Becker. 

Al interior del Parque se desarrollaron actividades de reflexión con los y las asistentes, quienes pudieron colocar -por ejemplo- en portón que permanece cerrado en Villa Grimaldi y que era utilizado por las DINA para el ingreso de las y los secuestrados, papeles de colores con sus deseos y anhelos para que en Chile alcancemos un pleno respeto y defensa de los Derechos Humanos.

A la actividad asistió la religiosa Karoline Mayer, quien con una activa participación y sus 81 años, recordó que “comencé con Mariano Puga a realizar esta actividad de Viernes Santo en los años 80, en el Patio 29 del Cementerio General por calle Recoleta; íbamos en silencio porque nos vigilaba la policía que siempre estaba ahí. Lo hicimos durante muchos años hasta que el padre José Aldunate y diversas comunidades y activistas de derechos humanos, recuperaron la Villa Grimaldi. “Entonces Mariano -puntualizó la religiosa- quiso que nos vinieramos para dar testimonio de lo que aquí pasó en la dictadura, pero también testimonio de que nosotros hoy en día seguimos luchando por justicia social, por una educación para todo el pueblo, por el respeto a la mujer y a todas las personas”, puntualizando que “si bien siempre ha sido una forma muy distinta de las actividades de la Iglesia oficial, celebramos profundamente y conmovidos para cumplir con lo que Jesús nos ha enseñado, que es amarnos los unos a los otros y construir una sociedad nueva”, recalcando que “un pueblo que no tiene memoria no tiene historia”.

Por su parte, Irene Cambias del Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo y de Mujeres Iglesias, señaló que “lo que hemos vivido hoy día ha sido un renovar de este compromiso que hemos hecho con el Dios de la Vida, que a pesar de todo lo crucificaron y lo asesinaron, lo estamos resucitando reunidos aquí, en este lugar sagrado que es la Villa Grimaldi”. La dirigente se manifestó maravillada por la masiva participación de jóvenes. “Me di cuenta que había muchos jóvenes y me encargué de lograr la mayor vinculación con ellos para seguir conectando, porque cuando algunos sectores dicen que “no están ni ahí’, es tal vez porque nosotros no sabemos comunicarnos con ellos, porque como estamos viejos y las cosas han cambiado, tenemos que ponernos a la altura de la modernidad para conectar con la juventud”. Frente al negacionismo, Irene Cambias destacó el rol de los sitios de memoria “ de mantener y ‘resucitar’ la historia que nos han contado y que de alguna manera,  nosotros los viejos no hemos sido capaces de transmitirla de manera que los jóvenes sigan creyendo que no fue una historia; que las atrocidades eran evitables y que estos espacios como Villa Grimaldi hacen este esfuerzo y trabajo de recuperar, renovar y mantener la memoria viva”.

Finalmente, Patricio Vejar -uno de los coordinadores de la actividad- manifestó “su alegría porque tuvimos la presencia importante de jóvenes, con mucho colorido y hartas comunidades, todas con el espíritu de hacer memoria y de estar presente para cumplir con un rito, no obligadamente, sino porque vengo con el corazón abierto a ser parte de una caminata comunitaria”. Agregó Patricio Vejar que el espíritu de la consigna “No aceptamos que sigan desapareciendo personas” estuvo muy presente, “además sabiendo que vivimos momentos difíciles, como la desaparición de Julia Chuñil, que nos afecta profundamente en estos momentos y sentir de que puede seguir desapareciendo gente en este país sin que haya una reacción desde el Estado o de las autoridades, sin que haya una búsqueda que realmente movilice a la institucionalidad, es muy fuerte para quienes hemos sido tan sensible al tema de los detenidos desaparecidos”, agregando que “esa memoria hoy estuvo muy presente y también la memoria de quienes nos han dejado, como Mariano Puga o José Aldunate” Por todo ello, Patricio Vejar enfatizó que “para nosotros Villa Grimaldi es un lugar  potente y muy rico de espiritualidad y que creemos que hoy día también se lo transmitimos a los funcionarios que están aquí, a los trabajadores de la villa y a su dirección, ya que en realidad para nosotros Villa Grimaldi está en el corazón de nuestra práctica comunitaria y muchas gracias por ello”.

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