A 40 años del golpe de Estado de 1973

En el año 2013, nuestro país conmemorará los 40 años del golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático del Presidente Salvador Allende, instalando una dictadura cívico-militar que gobernó Chile por más de 17 años. Este suceso, al igual que otras dictaduras del Cono Sur latinoamericano, fue organizado y financiado desde el Gobierno de los Estados Unidos, con la finalidad de someter a estos países a sus intereses.

En el caso chileno, el golpe de Estado, fue una respuesta al auge del movimiento popular y a la implementación de las medidas del programa del Gobierno de la Unidad Popular, que favorecieron al pueblo chileno. Así, todo lo que beneficiaba a las grandes mayorías fue eliminado por la dictadura, utilizando la política del terrorismo de Estado, la que incluyó las masivas violaciones a los Derechos Humanos para implementar el modelo neoliberal.

A partir de 1990, con la recuperación, en parte, de la democracia, se han creado diferentes Comisiones desde el Estado, que han buscado establecer la Verdad de los nefastos hechos ocurridos durante la dictadura. Por otra parte, a nivel de la Justicia, han existido avances en el esclarecimiento de algunos casos de detención y desaparición forzada de personas, ejecuciones sumarias de prisioneros y la aplicación de torturas con resultado de muerte. Sin embargo, aún queda mucho por avanzar, y por ende, mucho que condenar. En este sentido, según las Naciones Unidas, entre las medidas que obligatoriamente deben impulsar las sociedades que han vivido convulsiones de esta envergadura, están las jurídicas, materiales y simbólicas, de las cuales se desprenden las Medidas de No Repetición. En las relacionadas con la Justicia, está la investigación de los delitos y el castigo a los culpables, así como la debida reparación a las víctimas. Es por tanto, un deber del Estado Democrático, generar mecanismos que permitan a los familiares y sobrevivientes rendir homenajes, cuyo objetivo es por una parte, devolver el buen nombre a las víctimas y por otra parte, dejar testimonio para que estos sucesos no vuelvan a ocurrir.

Creemos firmemente que todas las medidas de No Repetición deben ser entendidas como una tarea del Estado Democrático; ello implica asegurarlas y fomentarlas con recursos públicos. Las agrupaciones de la sociedad civil tienen el deber de exigirlas y cooperar en su concreción. Se trata de reconstruir la sociedad sobre garantías de respeto de los derechos humanos de cada uno de sus miembros; de reconstruir y profundizar la democracia, velando porque todas las violaciones de los Derechos Humanos sean juzgadas y sancionadas.

Por ello, el presente manifiesto reclama el derecho a la Verdad, Justicia y Reparación, además de asumir la Memoria como un derecho humano fundamental. Las organizaciones de Derechos Humanos y los Sitios de Memoria nos hemos propuesto impulsar las siguientes medidas y acciones a fin de contribuir a la No Repetición:

1. Perseguir y profundizar las acciones jurídicas, contra victimarios, militares y civiles, implicados en crímenes de lesa humanidad. No descansaremos hasta saber Donde Están los detenidos desaparecidos.

2. Proponemos la reapertura, en calidad de permanente, de la Comisión Valech de Prisión Política y Tortura. Sabemos de miles de casos de personas que aun no han testimoniado por diferentes motivos, donde uno importante a considerar tiene que ver con los efectos pos-traumáticos producto de las violaciones a los derechos humanos. Además, no es aceptable que las declaraciones recopiladas por estas comisiones, tengan que permanecer 50 años sin ser conocidas por la ciudadanía. Su publicación por ley, debe ser ahora, como un legado a las nuevas generaciones.

3. Exigimos una política pública de recuperación de la mayoría de los más de 1.200 ex centros de tortura, para convertirlos en sitios de Memoria y destinarlos al funcionamiento de organizaciones sociales y de Derechos Humanos.

4. Los sitios de memoria deben ser reconocidos dentro de la política y legislación cultural y de derechos humanos, como monumentos nacionales en su calidad de Monumento Histórico, gozando con ello de las atribuciones y prerrogativas que implican su financiamiento, conservación y sostenibilidad.

5. Reformar las instituciones públicas implicadas en graves violaciones a los derechos humanos como las Fuerzas Armadas, cuerpos de policías y tribunales de justicia, a fin de asegurar el Nunca Más, como base para un Estado auténticamente democrático.

6. Proponemos la promoción y fomento de una cultura de respeto a los derechos humanos, cuya enseñanza debe ser obligatoria y extendida a todos los niveles de formación de la sociedad.

7. Exigimos el cese del envío de funcionarios militares y policiales chilenos a la llamada Escuela de las Américas y de cualquier otro país, donde se prepare a militares y policías para reprimir a su propio pueblo. Además, del cierre inmediato de la base militar de Estados Unidos en Con-Con en la V Región.

Finalmente, hacemos un llamado, desde ya, a conmemorar los 40 años del golpe de Estado el próximo 2013, y realizar las acciones que nos permitan cumplir con los postulados de este manifiesto. Llamamos a todos y cada uno a firmar este documento con el propósito de juntar cuarenta mil firmas en su apoyo.

CONVOCANTES

AFEP, Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos
Casa Memoria José Domingo Cañas
Centro Verdad y Justicia. Juan Hernández, Luis Muñoz y Manuel Tamayo
Colectivo 119 Familiares y Compañeros
Comisión Ética Contra la Tortura
Comité de los Derechos Humanos Nido 20
CODEPU, Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo
Corporación 3 y 4 Álamos
Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi

1 de Septiembre 2012.