La ultima fotografía del Dr. Eduardo González

El pasado lunes 21 de enero de 2013, en un fallo dividido, el pleno de la Corte Suprema acogió un recurso interpuesto por el Consejo de Defensa del Estado para anular la sentencia de la Corte de Apelaciones que condenaba al fisco a pagar una indemnización a la familia del Dr. Eduardo González Galeno por el crimen del médico, ocurrido el 14 de septiembre de 1973.

El Pleno, resolvió que la acción civil está prescrita, definiendo que la responsabilidad civil del fisco prescribe transcurridos cuatros años desde que se perpetró el delito. Sin embargo, en materia de derechos humanos, el plazo se inicia desde el momento en que se entregó el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Rettig, en 1991, momento en que los familiares habrían tomado conocimiento de los hechos, y que no corresponde aplicar el principio de reparación a través de una indemnización por el daño moral causado por el Estado de Chile.

El Dr. González Galeno era Director del Hospital de Cunco, en la región de la Araucanía, fue detenido junto a su esposa Natacha Carrión Osorio, médico, quién se encontraba en el tercer mes de embarazo de su segundo hijo. El arresto fue practicado por efectivos de carabineros, quienes concurrieron al hospital en horas de trabajo por lo que fue presenciado por numerosos testigos. Ambos fueron trasladados a la Comisaría de Carabineros de Cunco y, ese mismo día fueron entregados a soldados de la FACH que trasladaron en helicóptero a los detenidos a la Base del Grupo 3 ubicada en la ciudad de Temuco.

En este último recinto a Eduardo González lo golpearon brutalmente hasta desvanecerse. Ese mismo día Natacha Carrión fue trasladada a la Cárcel de Mujeres de la ciudad donde permaneció hasta agosto de 1975, fecha en que debió salir al exilio forzado a Bélgica en compañía de sus dos hijos menores, el último de los cuales nació cuando se encontraba recluida en la Cárcel Buen Pastor. De su esposo nunca más obtuvo noticias ni explicación de las autoridades militares acerca de la suerte corrida por él.

Ante el caso del doctor González Galeno, nos enfrentamos a que el Poder Judicial en vez de actuar en razón de la justicia, entrega un dictamen que es contrario a toda percepción de moral básica, poner el bien sobre el mal; liberando de su responsabilidad al primer responsable del crimen cometido, el Estado.

Este fallo ha sido un verdadero golpe a los cimientos de lo que consideramos justicia: el derecho de saber, la condena a los culpables, la reparación a las víctimas, e intentar que este tipo de acciones criminales nunca más ocurran.

Cómo debería interpretar este fallo una madre, un hermano o un hijo que ha buscado por 40 años a su ser querido, que ha esperado durante décadas la respuesta de los tribunales de justicia a la pregunta ¿dónde están?. Qué ha confiado – a pesar de todo- en que la voz de los tribunales de justicia será capaz de decir fuerte y claro esto nunca más debe volver a ocurrir.

Qué deben pensar cientos de familias chilenas ante la violenta contradicción que significa que por una parte el Estado ofrece asistencia jurídica a las víctimas querellándose para investigar los crímenes, y por otra, el mismo Estado a través del Consejo de Defensa busca tecnicismos legales para denegar la justicia plena.

Este fallo representa un enorme golpe a las familias, un acto de crueldad infinita, donde una y otra vez el Estado vuelve a vulnerar sus derechos, planteándoles a través de un argumento pobre, que ya no es tiempo de hacer ejercer sus derechos.

Si el Estado sigue considerando como un gasto meramente económico el acto de resarcir a las familias por los graves crímenes a los derechos humanos, jamás encontraremos una construcción de justicia noble y protectora de los derechos de quienes el propio Estado debe defender y proteger sobre todo tecnicismo jurisprudencial.

Colaboracion de Socia de Vila Grimaldi
Periodista.
Familiar de ejecutado politico.

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En homenaje al Dr. Eduardo González Galeno, le fue puesto su nombre al Hospital de Cunco. A la colocación de la placa oficial, asistieron su madre y hermano.