El Estadio Nacional entre el mismo 11 de septiembre de 1973 y hasta el 9 de noviembre fue el principal campo de concentración de Chile, con más de 10.000 presos y presas políticas.

El Concierto “Un canto para no olvidar” en el cual participarán artistas nacionales como Los Tres, El Bloque Depresivo (grupo de boleros de Aldo “Macha” Asenjo), Congreso, Quilapayún, Inti-Illimani Histórico, Sol y Lluvia, Camila Moreno, Javiera Parra, Denisse Malebrán, Juana Fe, La Mano Ajena, Nano Stern, Ana Tijoux y Manuel García. Desde el medio internacional se unirán Pedro Aznar, Víctor Heredia y Karamelo Santo; la colombiana Andrea Echeverría (Aterciopelados) y Trey Spruance (compositor, productor y músico estadounidense, más conocido por haber sido el guitarrista de la banda Mr.Bungle). Las entradas tienen un valor que va del $5mil a los $18mil a la venta en diversos lugares (librerías Que Leo, Ticketek). Organiza el Regional Metropolitano de presas y presos políticos.

El principal recinto deportivo de Chile también fue escenario de negros momentos que han empañado la historia del país: durante la dictadura de Pinochet fue utilizado como centro de detención y tortura. Desde el mismo 11 de septiembre de 1973 y hasta el 9 de noviembre del mismo año, alrededor de 12.000 personas estuvieron detenidas y fueron torturadas en este recinto deportivo. El número de ejecutados precisos hasta el día de hoy es un guarismo que permanece desconocido.

La presidenta de la Agrupación Metropolitana de ex Presas y Presos Políticos, Wally Kunstmann, señala que «inmediatamente después del golpe el estadio fue utilizado como lugar de prisión, tortura y muerte, por ello como agrupación solicitamos que fuera declarado monumento histórico. Lo es desde el año 2003 y, como agrupación, hemos trabajado para que en diferentes sitios del estadio haya señales para recordar que las 73 hectáreas que posee el recinto fueron utilizadas como campo de concentración».

Desde la detención de Pinochet en Londres esta Agrupación está trabajando en el Estadio Nacional. Wally conoce y describe muy bien las dependencias del coliseo, a la perfección. Señala que «los 28 camarines y las 8 escotillas fueron utilizados como recintos de prisión. Como grupo nosotros hoy tenemos la escotilla 8 y el camarín tres”.

Si bien a los prisioneros se los mantuvo encerrados en todos los camarines y escotillas, la dirigenta explica que tuvieron que escoger sólo una debido a que obviamente no les podían ceder todas las dependencias a la asociación de presos. «Era ilógico pedir las 8 escotillas; teníamos que elegir una y pedimos la 8 por la ubicación, ya que diariamente existía la posibilidad de que las personas que estaban presas ahí tuvieran alguna comunicación con las prisioneras mujeres, cuando las traían desde la piscina. Pasaban por afuera y entonces había un contacto verbal, donde los hombres podían preguntar por sus parejas y viceversa. Era un espacio de comunicación», relata.

La Agrupación Metropolitana de ex Presas y Presos Políticos elaboró un circuito de la memoria, que es un recorrido que han trazado con el fin de mostrar los lugares más significativos del Estadio Nacional cuando fue utilizado por Pinochet como campo de concentración.

Por la calle Pedro de Valdivia está el Velódromo y «ahí existen dos lugares importantísimos», explica la presidenta de la Agrupación. «Está uno de los túneles del velódromo y también el caracol sur, que es hermano del famoso caracol azul que tenía la Universidad de Chile para sus entrenamientos. Esos dos sitio eran los peores lugares de tortura dentro del estadio”.

Kunstmann indica que aparte de pedir la escotilla, «también pedimos partes de las graderías que están fuera de la Escotilla 8, que son las que se ven en la cancha. Ahí se hizo una remodelación, se pusieron butacas. Nosotros nos quedamos con una pequeña cantidad que pedimos y que nos otorgó el Consejo de Monumentos Nacionales, que van a quedar toda la vida como homenaje a los prisioneros», explica. Sin embargo, el subsecretario de deportes, Gabriel Ruiz Tagle, pidió a la Agrupación cerrar la Escotilla 8 y sacar las antiguas bancas para poner más butacas, ya que la remodelación del recinto lo dejó con menor capacidad de público y por ello está desesperado por esos espacios.

La dirigente agrega que el personero les ha comentado que eso se ve feo al lado de las butacas nuevas. «Él no tiene la perspectiva histórica, lógicamente. Pero, para ser honesta, él ha sido súper respetuoso con nosotros. Además, nos permitió desde el año 2010 hacer el homenaje del 11 de septiembre dentro del recinto, el cual se había realizado durante todos los años fuera de él, en las veredas. También el 10 de diciembre recién pasado nos permitió hacer una jornada maravillosa con artistas jóvenes que realizaron una performance en la Escotilla 8 y terminamos con una batucada en el velódromo. Antes teníamos que pedir permiso para todo; hoy tenemos llaves de todos los sitios, vamos a la hora que se nos ocurra y hacemos lo que queremos adentro», expuso la presidenta.

Wally Kunstmann comenta que todo el trabajo en el Estado Nacional ha sido de autogestión, pero «ya no puede continuar, porque estamos viejos y algunos enfermos. Económicamente hemos estado insolventes. No obstante, conseguimos que se nos preste el coliseo para hacer un recital con artistas nacionales e internacionales y con esos dineros realizar los proyectos que tenemos pensados dentro del estadio, enfocados principalmente en la Escotilla 8». Lograrlo o no, dependerá de la asistencia a este concierto denominado “Un canto para no olvidar”.

(Crónica basada en texto del periodista Cristóbal Montedónico del periódico digital Cambio 21)

COMUNICACIONES VILLA GRIMALDI 9/4/12.