A la opinión pública: La agresión y posterior muerte del joven Daniel Zamudio, es un termómetro del Chile real, porque refleja dramáticamente niveles de intolerancia, xenofobia y persecución a personas por ser distintas. En este caso, a un joven que asumía su homosexualidad. En otros, ha sido la condición de ser emigrante peruano, mapuche, viejo, pobre, minusválido o el pertenecer a alguna tribu urbana, entre muchas posibilidades.
En las calles de Chile aun es peligroso ser distinta o distinto.
La muerte de Daniel Zamudio, más allá de sus ejecutores materiales, tiene su origen en el déficit existente en educación de derechos humanos en todos los niveles; en el predominio sexista y patriarcal de muchos contenidos en los medios masivos y muy particularmente en los canales de la televisión abierta. También en la segmentación de los barrios y las comunas de nuestras ciudades.
No se trata sólo de la muerte de Daniel Zamudio, sino de múltiples evidencias. Los femicidios que al repetirse, pareciera nos acostumbran a su ocurrencia. También, se extiende al fallo adverso de la Corte Interamericana en contra del Estado chileno por el caso de la jueza Atala; las denuncias de un condominio de Huechuraba que impide circular a ciertas horas y por ciertos lugares a sus trabajadores y trabajadoras de servicios; las detenciones por sospechas y el maltrato de carabineros a jóvenes; el comportamiento de la policía frente a niños y mujeres mapuches o hacia vecinos en Aysén. En suma la irracional violencia que le cuesta la vida a Daniel Zamudio no es un hecho aislado en nuestra sociedad.
En definitiva, es la ausencia de una democracia con plena vigencia de derechos ciudadanos, donde los ciudadanos y ciudadanas deben respetarse entre si y a la vez ser respetados por los agentes del estado, cualquiera sea su opción sexual, política, religioso, lugar de origen o condición social, el desafío aún pendiente.
A nuestra Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, la muerte de Daniel Zamudio la interpela y hace rememorar la violencia que ayer secuestró ,torturó e hizo desaparecer o ejecutó en falsos enfrentamientos a miles de compatriotas y que hizo de la violencia sobre cuerpos inermes y reducidos una forma de castigo y control social.
Chile no solo necesita leyes que protejan la diferencia. Por sobretodo necesita más y mejor educación, que tenga como eje el respeto al otro distinto y practique la tolerancia. Necesitamos educación y barrios integrados, donde la heterogeneidad se enseñoree y vuelvan a primar los espacios públicos.
Al padre, madre y hermanos de Daniel Zamudio, a sus amistades y vecinos toda nuestra fraternidad en esta hora.
CORPORACION PARQUE POR LA PAZ VILLA GRIMALDI
Peñalolén 29 de marzo 2012.