El domingo 2 de octubre recién pasado, desconocidos ingresaron a las dependencias del Sitio de Memoria Melinka-Puchuncaví provocando daños, robando especies y dejando señales de su intención de incendiar el recinto. El ex campo de concentración de opositores a la dictadura es gestionado por la Corporación de Memoria y Cultura de Puchuncaví, entidad que repudió el ataque y efectuó la denuncia a la Justicia, exigiendo de paso la protección y los recursos que permitan sostener la labor educativa y de difusión cultural que desarrollan.

Lo que más lamenta la entidad es la destrucción de un diorama realizado por el artista Rodolfo Gutierrez “Zerreitug”, que retrata una escena de campo de concentración. La obra es de un valor incalculable y aparte de la destrucción sufrió el robo de las figuras talladas en madera y que representaban a los presos políticos.

La Corporación de Memoria y Cultura de Puchuncaví, señaló en un comunicado público, que las iniciativas de recuperación de los Sitios de Memoria y puesta en valor de estos espacios, se gestionan en una total soledad y orfandad. “Aquí se requiere el apoyo de las voluntades políticas y que la institucionalidad gubernamental en conjunto con las organizaciones civiles brinden los elementos básicos de sostenibilidad, poniendo especial énfasis en las iniciativas regionales” señalaron.

La entidad finaliza su declaración manifestando “Esperamos que junto al negacionismo y la relativización de la violencia político-estatal de dicho período, estos actos reiterados en Chile sean perseguidos judicialmente, de manera de contar, de una buena vez, con espacios democráticos para una cultura de derechos humanos en el presente”.