Epístola
«Compañera Adriana es una lastima que no pudo ir a la misa del Puente Bulnes por Joan (*). Fuimos 6 compañeros del Sindicato. La actividad estuvo maravillosa. La misa fue muy emocionante. Daba un gusto ver a esos curitas valientes de la Teología de la Liberación, como están tan viejitos y tan consecuentes. Había cerca de 100 personas, compañeros de Talca, de poblaciones de la zona Sur y Norte de Santiago y una comitiva maravillosa de compañeros latinoamericanos de Bolivia, de Perú, Brasil, Paraguay, Argentina, ecuador, España y Francia. Yo les recordaba los ochenta curas por el socialismo que cerraron filas junto Allende en los años 70. Les contaba del cura Pepe Aldunate cuando organizó el Movimiento Sebastián Acevedo, les conté la gesta, como se inmoló y quien fue Sebastián Acevedo. Quedaron impresionados. Lo valiente que fue el cura Aldunate cercando los centros de tortura de la CNI en plena dictadura con la gente del Movimiento.
Hicimos varias entrevistas a la comunidad cristiana obrera de esos países, (…) y Sergio siempre tan atinado invitó a la delegación latinoamericana de cristianos obreros a compartir un espacio de camaradería en El Sindicato. Estuvimos cerca de una hora compartiendo con ellos, cuando un delegado de Brasil un viejito chiquitito canoso, mas añoso que yo y usted juntos compañera, con el puño en alto nos hizo cantar el Venceremos y hacer un honor por Allende. Estos cristianos eran más compañeros que nosotros mismos.
Yo les regalé a cada uno de los representantes una chapita de Allende y se fueron muy, pero muy emocionados. Nosotros también nos emocionamos bastante y quedo un sabor a satisfacción, de habernos reencontrado con ese mundo perdido del compañerismo, en donde el cristiano y el marxista se abrazan con un sentido de clase. Se perdió una linda experiencia compañera, pero no toda porque le cuento parte de ella. Será hasta el próximo año, si logramos pasar el próximo agosto.
Saludos
«Por favor no me pongas la venda, mátame de frente porque quiero verte para darte el perdón»
Memorial de Joan Alsina en el puente Bulnes
(*) El sacerdote Joan Alsina, Jefe de Personal en el Hospital San Juan de Dios (Santiago de Chile), fue detenido en ese recinto el 19 de septiembre por efectivos del regimiento Yungay y luego asesinado en el puente Bulnes sobre el río Mapocho. Su victimario, Nelson Bañados, un conscripto de apenas 18 años, relató con posterioridad: «Salimos del Barros Arana en jeep. Mi capitán conducía y yo iba atrás con Juan que iba esposado y muy pensativo. No me dijo ni una palabra durante el trayecto ni me dio ningún trabajo cuidarlo. Iba calladito nomás. Él sabía que lo íbamos a matar porque en el Barros Arana se lo habíamos comunicado. Al llegar al puente Bulnes, mi capitán frenó, y yo, como lo hacía con cada uno de los que fusilaba, me bajé, saqué a Juan del furgón y fui a vendarle los ojos, pero Juan me dijo: «Por favor no me pongas la venda, mátame de frente porque quiero verte para darte el perdón». Fue muy rápido. Recuerdo que levantó su mirada al cielo, hizo un gesto con las manos, las puso sobre su corazón y movió los labios como si estuviera rezando y dijo: «Padre, perdónalos…» Yo le disparé la ráfaga y cayó al tiro. Quería dispararle con la pistola pero lo hice con la metralleta para que fuera más rápido. El impacto fue tan fuerte que volteó su cuerpo y prácticamente cayó solo al Mapocho, yo tuve que darle un empujoncito nomás. Otros, a veces, caían al piso del puente y había que levantarlos y echarlos al río. Eran las diez de la noche y de este fusilamieto no me voy a olvidar nunca jamás».