Este viernes, la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi dedicó la mañana a una jornada sobre Derechos Humanos y conflictos socioambientales, esto en el marco del actual proceso constituyente. La primera actividad fue el conversatorio «Sitios de conciencia y territorios vulnerados: El DDHH a vivir en un medio ambiente sano» que contó con la participación de tres mujeres activistas por el medioambiente y la calidad de vida de las y los habitantes de sus respectivos territorios. Si bien los contextos territoriales y demandas son distintas, a las tres las une la valiente lucha por defender la naturaleza y la esperanza en un futuro mejor, donde el derecho a vivir en un medio ambiente sano sea resguardado por el Estado.
A continuación, relatamos brevemente lo hablado por cada una de las activistas, pero te invitamos a revisar esta conversación completa en el siguiente link o al final de esta nota.
Katta Alonso (Zona de sacrificio Quintero-Puchuncaví): «Existe una indiferencia, indolencia y negligencia por parte del Estado con cada habitante de nuestras comunas»
Katta Alonso es vocera del movimiento social Mujeres en Zona de Sacrificio, específicamente en Quintero y Puchuncaví, territorio que en hace más de una década ha tenido que alzar la voz frente a la contaminación que producen fundiciones, refinerías y varias termoeléctricas funcionando a la vez (18 empresas en solo 8 kilómetros de borde costero) y que están generando daños irreversibles en la salud de sus habitantes y en la biodiversidad del sector.
«Tenemos contaminado con metales pesados, hidrocarburos y compuestos orgánicos volátiles el aire, los suelos, los pozos de agua dulce, el agua de mar y el fondo marino» explicó Katta, quien además relató las consecuencias graves que esto ha tenido en la vida de las personas «La mayoría de nuestras personas mueren de cáncer. 1 de cada 4 niños está naciendo con problemas neurológicos graves, malformaciones congénitas, problemas pulmonares y respiratorios (…) también han aumentado los cánceres y abortos espontáneos en mujeres jóvenes«.
La situación es grave, los niños se han intoxicado desde el 2008, siendo uno de los puntos más altos el 2011, donde estudiantes y la comunidad de la Escuela La Greda se intoxicaron por el dióxido de azufre presente en el aire. «La única solución del primer gobierno de Piñera fue mover la escuela dos kilómetros más lejos, lo que no hacía ninguna diferencia porque el aire y los contaminantes circulan» recordó Katta Alonso, «…no hubo y no hay voluntad política para acabar con las zonas de sacrificio«.
Para la activista, el objetivo es devolver a la naturaleza lo que le pertenece y así, alcanzar la anhelada calidad de vida, en una de las zonas más empobrecidas del país. «Las mujeres somos tan luchadoras que tenemos esperanzas en el futuro, creemos que podemos recuperar nuestras zonas, implementar energías limpias, renovables, a precios justos y así remediar nuestros suelos, el fondo marino, el agua dulce, el aire, nuestro humedal» concluyó.
Beatriz Chocori (Parlamento de Coz Coz – Región de Los Ríos): «No se puede hablar de medio ambiente y DD.HH sin tomar en cuenta los antecedentes históricos del territorio»
«La supuesta «Pacificación de la Araucanía» en verdad fue un genocidio del pueblo mapuche, una masacre que logró una desintegración social y cultural y el empobrecimiento de nuestra gente» comenzó relatando Beatriz Chocori, integrante del Parlamento de Coz Coz, una instancia de reunión de comunidades mapuche de la región de Los Ríos. Para Beatriz, el empobrecimiento de estas zonas tuvo su origen en ese momento y ahora se lucha por poder reestablecer lo que en algún momento se tuvo.
«Con los Títulos de Merced, que reconocía la propiedad del pueblo mapuche sobre sus tierras, ya comenzaron a reducirse los territorios de esta región y del Wallmampu (…) además esto no frena la usurpación del territorio, se ocuparon otras formas para seguir quitando las tierras, a través de engaños, adulteración de documentos escritos, etc.». Relata Beatriz que esto se acrecentó con la imposición de la dictadura, donde las tierras fueron a parar en manos de ciertas familias poderosas: «ellos hoy en día no explotan esas tierras, pero están presentes y ese espacio es la riqueza de todos a futuro: son las reservas de agua y reservas de bosque«
Como movimiento se han planteado el objetivo del cuidado y resguardo de la tierra, por eso han luchado persistentemente contra la instalación de plantas hidroeléctricas en la región, lo que ha traído sus frutos. Sin embargo, hoy visualizan una nueva problemática: la llegada de las inmobiliarias a construir centros urbanos en medio de comunidades mapuche. «Es un cambio radical al paisaje, ya que para tener internet instalan tendidos eléctricos (…) y se viene un problema de mayor alcance, ya que para el acceso al agua hacen pozos profundos que afectan las napas subterráneas y disminuye la cantidad de agua a la que las comunidades pueden acceder» comentó.
Carolina Vilches (Crisis hídrica en Petorca): «Esta es una lucha de sobrevivencia: el agua es vida»
Las y los habitantes de Petorca llevan más de 10 años dependiendo exclusivamente de camiones aljibe para acceder al agua, esto, mientras les rodean verdes plantaciones que les recuerdan que la propiedad es más importante que la vida en Chile. Para Carolina Vilches, defensora por los derechos del agua, miembro de MODATIMA y candidata a constituyente, la institucionalidad está tan agotada que claramente se percibe una cierta resignación respecto a la grave escasez hídrica del sector. «Los procesos de denuncia y demandas son bastante lentos e infructuosos, los que nos lleva a una resignación, pero es importante luchar contra la resignación, el proceso constituyente nos abre una esperanza»
La nueva Constitución es una esperanza para Carolina ya que en la actual el agua está consagrada como propiedad y no como derecho fundamental. «El agua disponible para los habitantes de Petorca está en los pozos, es tan solo el 10% de lo que hay disponible, pero no hemos podido acceder a ella porque en la legislación actual no se prioriza el consumo humano, no está garantizado como un bien común y derecho básico» continuó la también experta en asuntos hídricos, «al hablar de «escasez hídrica» ya hablamos de algo mercantil, de oferta y demanda«.
En esta nueva Constitución además se tendría que cambiar el Código de Aguas, ya que actualmente separa el agua de la tierra, entrega los derechos de agua a perpetuidad, «tiene una administración solo para los titulares del agua, dejando fuera a la población y a la naturaleza, lo que genera un grave impacto en la vida cotidiana (…) sin agua no tenemos nada, no tenemos cocina, no tenemos escuela, no tenemos servicio de salud» reafirmó Carolina Vilches.
Finalmente, las tres invitadas respondieron a una ronda de preguntas generada por los comentarios en las redes sociales, para luego participar de un taller por una nueva Constitución ecológica. Esta instancia se realizó vía Zoom y se incluyó a la Doctora en Derecho Lucía Rizik, abogada de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi.
Te invitamos a conocer las historias y demandas de estas activistas por sus territorios: