Uruguayo de nacimiento,  vive hace más de 20 años en nuestro país, actualmente encabeza el Movimiento Acción Migrante (MAM)  y con propiedad afirma que “siempre ha habido un rasgo de selectividad en el tema migratorio en Chile; las clases dominantes siempre quisieron seleccionar a las personas que migran pero inevitablemente llegaron migrantes que no fueron seleccionados” agregando  que “se preferían a italianos, alemanes o españoles, para mejorar la raza, lo que en el fondo representa la negación de las clases dominantes a la rica diversidad de culturas que conviven en nuestro territorio”,

A su juicio, “en estos meses nos están imponiendo como relato el racismo y la xenofobia de manera exacerbada. Este fenómeno se venía manifestando claramente desde la campaña de Piñera en 2017, donde se trató de inducir al electorado a votar por el sector conservador, vinculando la migración con la delincuencia y no legislando en absoluto sobre políticas de migración”.

Para el dirigente, “las medidas que se proponen para detener la migración y de esta forma acabar con los delitos, son de una falsedad absoluta y provocan un daño enorme al proceso de adaptación al país  de los migrantes. Las políticas estatales no pueden reducirse a medidas para expulsar más fácilmente o encarcelar a quienes ingresan irregularmente al territorio. Esto no resuelve los problemas reales que se generan”.  

Para Eduardo Cardoza, “lo que existe en la actualidad es una crisis humanitaria que se está dando a nivel local y global. Pero en Chile se trata de una crisis de políticas migratorias, ya que hace 20 años que no se ha legislado en torno a políticas de interculturalidad o de integración, lo que  exacerba aún más la xenofobia”.

En cuanto a un giro por parte del actual gobierno, Cardoza señala que en lo esencial, no cambió el relato, el cual tiene un marcado enfoque de seguridad nacional y no seguridad humana. 

“Es doloroso ya que la migración en el año 2017, según un estudio realizado por la CEPAL, estaba aportando al PIB de Chile el 4,3%, lo que demuestra que la migración no le cuesta nada al país, pero acá el tema es qué condiciones laborales se alcanza este porcentaje, porque claramente hay mucho trabajo precario”, puntualizando que “la pobreza multidimensional de los inmigrantes ha crecido desde el 2015, llegando casi al 30%, lo que prácticamente dobla a la de los chilenos, lo que claramente complica aún más la situación inmigratoria en nuestro país”