Evocando a las compañeros y compañeros caídos en la lucha y al Chile popular, luchador y resistente, representado en la re-inauguración del memorial Muro de los Nombres, se conmemoró un aniversario más de la aprobación por parte de la Asamblea de las Naciones Unidas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en Parque por la Paz Villa Grimaldi.

La actividad se inició con la intervención de Cristián Castillo Echeverría, vicepresidente del Directorio de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, quien indicó que “lo que fue un recinto creado para borrar los sueños de un mundo de igualdad, justicia y paz, violando con brutalidad inconmensurable los derechos humanos de estos luchadores, lo hemos convertido en poderosa herramienta de promoción de una cultura de respeto a los derechos, de todas y todos”.

En relación a la re-inauguración del Muro de los Nombres, Castillo señaló que “en diciembre de 1998, inauguramos este memorial, conteniendo los nombres de 226 hombres y mujeres comprometidas en la lucha antidictatorial, víctimas de desaparición forzada o ejecutados políticos. Confeccionamos el listado con la información que disponíamos hasta la fecha. Con el transcurso de los años, con una investigación inclaudicable, con los aportes de cada uno y de todos los que pasaron por aquí, se fueron agregando nuevos nombres. Nombres que tomaron cuerpo y que hoy integramos al memorial”.

Los quince nombres que se sumaron corresponden a del cientista político Alejandro De La Barra Villarroel, el periodista Máximo Antonio Gedda Ortiz, el estudiante universitario Leopoldo Daniel Muñoz Andrade, el estudiante de medicina Jorge Eduardo Ortiz Moraga, al técnico en máquinas de oficina Isidro Miguel Pizarro Meniconi, la profesora y actriz Ana María Irena Puga Rojas, el fotógrafo Teobaldo Tello Garrido, el tornero mecánico Luis Fidel Arias Pino, el estudiante de sociología Eulogio Del Carmen Fritz Monsalve, el estudiante de ingeniería civil Sergio Fernando Ordenes Albornoz, el comerciante Miguel Enrique Rodríguez Vergara, el empleado Jorge Eduardo Wiech Sepúlveda, el estudiante universitario Raúl Guillermo Cornejo Campos, la estudiante de enfermería Jenny del Carmen Barra Rosales y el fotógrafo y dirigente poblacional, Hernán Santos Pérez Álvarez.

Por su parte, Daniel Rebolledo, coordinador del Área de Museo de Villa Grimaldi, responsable de la materialización de la actualización del muro, manifestó que “en el contexto social y político actual que reconoce las atrocidades cometidas por la dictadura cívico-militar, reinauguramos este memorial con 241 nombres, reivindicando la memoria de 15 compañeras y compañeros quienes fueron asesinados o vistos por última vez con vida en el ex Cuartel Terranova”, manifestando que su presencia quedará, a partir de hoy, grabada para siempre en este Muro, en el Parque por la Paz.

Señaló además que “esta reinauguración es también una recuperación de la trayectoria de los años de lucha de familiares y sobrevivientes, y marca, como un hito, una imagen del presente, que probablemente deba, como lo hacemos hoy, actualizarse en el futuro”.

A continuación se dio paso a saludos y mensajes de los familiares y amigos de las víctimas integradas al muro, quien depositaron una ofrenda floral en su memoria. El hermano de Isidro Miguel Pizarro Meniconi, relató las labores de inteligencia y contrainteligencia que algunos de ellos realizaron para obtener y traspasar información de la operatividad de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). En esas labores jugó un papel central el conscripto Carlos Carrasco Matus, militante de izquierda, asesinado por el organismo represivo precisamente al ser detectado su trabajo de información.

En el mismo contexto de conmemoración la profesora Kristel Farías, pobladora de Lo Hermida y colaboradora del Área Educación de Villa Grimaldi, declamó “Once décimas para un once” y el coro Voces de Rebeldía interpretó canciones de Víctor Heredia, Víctor Jara, y Violeta Parra.

Al final de la actividad se presentó la obra de teatro de la compañía La Escotilla “Érase una vez… 571 días de un preso político”. La obra se  basa en “Érase una vez un rey”, escrita por Oscar “Cuervo” Castro y textos tomados del libro ‘Memorias para olvidar’, escrito por Manuel Paredes Parodi, integrante de compañía, quien narra en décimas, todo lo vivido en los campos de concentración y tortura. La obra fue estrenada originalmente en el campo de concentración de Ritoque en el año 1975.