El deceso de Fabiola ocurre en una coyuntura compleja para el país, donde se conjugan incertidumbres y temores que han alentado un brote de caudillismo de extrema derecha, negacionismo y culto al autoritarismo y la militarización. En este contexto puede resultar alentador conocer aunque sea parcialmente, la historia de Fabiola que en medio del terrorismo de Estado, supo ponerse al frente de quienes lucharon incansablemente por la democracia y los derechos humanos.
Nacida en Temuco, en julio de 1929, Fabiola desde muy pequeña demostró sensibilidad frente al sufrimiento de los más pobres. Sin duda esta característica suya la llevaría a asumir como abogada el desafío histórico de defender y promover el respeto a los derechos humanos frente a la dictadura terrorista, formando parte, en 1974, del equipo jurídico del Comité Pro Paz, y después integrada en la Vicaría de la Solidaridad, en la que se desempeñó hasta 1980.
En noviembre de 1980 convencida de la necesidad de impulsar una lucha más integral y enérgica por los derechos humanos, en conjunto con la religiosa y jurista Blanca Rengifo y un grupo de profesionales, de familiares de presos políticos y dirigentes sociales, funda el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU.
Por los derechos del pueblo
La singular organización, inspirada en el concepto “derechos del pueblo”, combinaba la defensa jurídica de presos políticos y perseguidos con la coordinación de colectivos y activistas que operaban en diferentes frentes sociales. Además con sus equipos profesionales impulsó la educación popular, la comunicación alternativa y la asistencia médica y de salud mental a las víctimas, en especial a las personas torturadas y a sus familiares.
El CODEPU, presidido por Fabiola, contribuyó de manera sustantiva a la lucha social contra la dictadura y a la unidad de las fuerzas políticas antidictatoriales. En su directorio estaban representados diferentes sectores políticos de izquierda y del progresismo lo que resultó en una contribución significativa al restablecimiento de la unidad de la izquierda que con posterioridad daría nacimiento al Movimiento Democrático Popular (MDP).
La legitimidad lograda por el CODEPU llevó a Fabiola a ser una de las oradoras principales de la primera gran concentración contra la dictadura efectuada el 4 de septiembre de 1983 en la calle General Velázquez, manifestación convocada por el Proyecto de Desarrollo Nacional y Regional (PRODEN), una de las primeras instancias de coordinación de la oposición antidictatorial.
Años más tarde y con motivo de ser objeto del Premio Nacional de Derechos Humanos, Fabiola diría:
La historia me obligó a vivir como una luchadora social, y hoy puedo decir que estoy contenta con mi vida aunque haya sido dura.
Fabiola Letelier del Solar
La historia fue dura y la llevó a encabezar una institución que rápidamente se convirtió en epicentro de activismo social y político antidictatorial y también en blanco de la represión. Pero ningún ataque o amenaza hizo retroceder en su cometido a la valerosa Fabiola Letelier del Solar que luchó por su vida con una energía asombrosa, hasta hoy en que su cuerpo no pudo seguir sosteniendo su férrea voluntad de vivir.