Por Cecilia Radrigán
Coordinadora Colectivo 119 Familiares y Compañeros

Conocimos a Ester Barría, como a muchas otras compañeras, en la Agrupación de Familiares de Detenidos Políticos Desaparecidos (nombre que se le daba en sus inicios a la Agrupación), ya que su hermano Arturo, profesor de música del colegio Darío Salas y militante del Partido Comunista, permanecía en la condición de desaparecido desde el 28 de agosto de 1974.

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En la Agrupación, Ester vivió el dolor propio y el sus compañeras de infortunio, y sufrió la impotencia que provocaba el desdén de la Justicia Chilena; la complicidad de jueces y tribunales; y la indolencia de una sociedad sometida al temor y que era manipulada -a su antojo- por los fachos de uniforme y de civil.

Sus convicciones se vieron reforzadas a pesar del dolor, y en busca de datos, pistas, huellas, que le permitieran rastrear a su hermano visitando cárceles y campos de prisioneros.

Las acciones judiciales que ella y otros familiares emprendían con la información obtenida, en estos casos, jamás tuvieron la tramitación debida en los corruptos y desvergonzados tribunales de la Dictadura.

En los inicios del conjunto de la Agrupación, Ester participó arduamente, actividad que dejó por motivos de salud. Ella era solidaria, preocupada de su familia y, al igual que su hermano desaparecido, tenía excelente carácter. Siempre fue muy querida y amistosa… era de compartir y conversar con todas. Recuerdo que tocaba el piano de maravilla deleitando a quienes la visitaban.

Te extrañaremos Ester Barría.

¡Los que quedamos acá te recordaremos en la lucha y seguiremos tu ejemplo!