La Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional, en conjunto con autoridades de gobierno, inauguraron las obras que integran la ruta de memoria del coliseo, que recuerda su conversión en el principal campo de prisioneros políticos del país. Natalia Riffo, ministra de Deportes, lo describió como “un espacio donde los chilenos hemos tenido muchas alegrías, pero también muchos dolores”, aludiendo a las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en sus dependencias.
Según la Corporación Estadio Nacional – Memoria Nacional, por el recinto deportivo pasaron más de 20 mil personas en calidad de prisioneros y prisioneras políticas. El coliseo fue convertido en el campo de concentración más grande de Chile, ocupando todas sus dependencias como lugar de reclusión y algunas como recintos de tortura. Durante los meses que funcionó como prisión recibió sucesivas oleadas de cautivos, hombres, mujeres y niños; chilenos y extranjeros; militantes de partidos políticos y personas sin militancia; profesionales, empleados públicos, dueñas de casa y obreros, en especial dirigentes sindicales; civiles la mayoría pero también personal de las Fuerzas Armadas y de Orden que no apoyaron el Golpe de Estado.
Para Wally Kunstmann, presidenta de la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional, el coliseo es uno de los sitios de memoria más emblemático del país, por el gran número de prisioneros que contuvo y también por las imágenes que captaron reporteros gráficos sobre ellos. “Estas graderías fueron las que denunciaron al mundo como se estaba reprimiendo a miles de compatriotas, militantes de izquierda y simpatizantes del gobierno de la Unidad Popular”, señaló la dirigenta en su discurso de inauguración
“Hoy estos viejos tablones nuevamente llaman la atención de miles de personas que asistieron a los partidos de nuestra selección y de los millones de ciudadanos del mundo que a través de las pantallas de TV las pudieron ver. Estas graderías, que nosotros denominamos “de la dignidad”, motivaron a periodistas de medios extranjeros que cubrían el evento de la Copa América, a escribir artículos sobre el golpe de estado y sobre este estadio convertido en campo de concentración. Estas graderías iluminadas hablan por si solas e invitan a conocer las dramáticas experiencias que vivieron aquí miles de chilenos y chilenas y también ciudadanos extranjeros,
Por su parte Natalia Riffo, ministra de Deportes, cuya dependencia administra el recinto, destacó el rol de sitios de memoria como el Estadio Nacional como transmisores de historia y experiencias a las nuevas generaciones. En su intervención la ministra relató su experiencia con alumnas de una escuela de deportes, de 12 o 13 años, que fueron invitadas al estadio a presenciar los partidos de la selección en la Copa América y se preguntaban porque la zona de la escotilla Nº8 estaba iluminada y con graderías viejas que contrastaban con el resto de los asientos . “Yo traté de contarles la historia que explicaba esas graderías, manifestó la ministra, y me di cuenta por sus miradas que no conocían la historia y esto, a mi juicio, refleja la importancia de este espacio” . Para Riffo esta realidad compromete al gobierno a asumir la responsabilidad de apoyar y destacar a los espacios de memoria.
El acto de inauguración terminó con una visita a la escotilla Nº8 y posteriormente con un vino de honor.
Autoridades asistentes a la inauguración.
Escotilla 8
Interior de la Escotilla Nº8
Camarines de la piscina, lugar de reclusión para las mujeres
Memorial en la entrada principal del Estadio