El libro “Villa Grimaldi (Cuartel Terranova), historia, testimonio, reflexión”, publicado en septiembre pasado, completó un ciclo de presentaciones este viernes 22 de noviembre, al ser mostrado y comentado en el museo de sitio de Villa Grimaldi por un panel que incluyó al autor, el historiador Gabriel Salazar, a la periodista y sobreviviente Gladys Díaz, al abogado Nelson Caucoto y a la dirigente estudiantil Eloisa González.
De izquierda a derecha: Gabriel Salazar, Nelson Caucoto, Eloísa González y Gladys Díaz
El texto de Salazar da cuenta de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el ex cuartel de la DINA, pero las inserta dentro de un contexto histórico que les brinda sentido: los secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones cometidas en el recinto fueron los mecanismos que la oligarquía y sus aliados uniformados estimaron necesarios para interrumpir el proceso emancipador y democratizador, encabezado por la izquierda chilena, e imponer un sistema radicalmente opuesto. A esa lógica fundacional respondieron los crueles procedimientos llevados a cabo en el recinto, destinados a desarticular y exterminar toda expresión de resistencia al orden oligárquico.
“Villa Grimaldi (Cuartel Terranova), historia, testimonio, reflexión”, como lo señaló la periodista Gladys Díaz demuestra la crueldad de los represores, pero también la solidaridad y fraternidad surgida entre los secuestrados y torturados, que les permitió soportar una experiencia tan traumática. Refleja también la efectividad del terrorismo de Estado, como lo señaló el abogado Nelson Caucoto, pero también la resistencia y la persistencia de los sobrevivientes y de las organizaciones y abogados de derechos humanos, cuyos declaraciones y demandas judiciales son la base del texto. Estas acciones, transcurridas cuatro décadas del golpe siguen enviando a los tribunales, condenando y encarcelando a los criminales.
La historia del ahora Parque por la Paz Villa Grimaldi, le hace sentido a las nuevas generaciones representadas por Eloisa González, permitiéndoles comprender por qué heredaron un país y un sistema educativo ante el cual se rebelan y también el por qué son blanco de diversas violaciones a los derechos humanos en respuesta a sus luchas. Si bien estas no adquieren la crueldad y violencia de las cometidas en el ex cuartel de la DINA, son preocupantes y llaman a todos a denunciarlas y a ejercer una solidaridad activa con las víctimas, como lo señaló la dirigenta estudiantil.