Ángel Guerrero, Fernando Ortiz, Lincoyán Berríos y Horacio Cepeda son los primeros detenidos desaparecidos identificados por el Servicio Médico Legal (SML), que estuvieron secuestrados en el cuartel de la DINA de Simón Bolívar 8.800, cuya existencia se conoció luego de las confesiones del ex agente Jorgelino Vergara “el mocito”. Este último jueves 26 y viernes 27, el SML entregó en sentidas y sencillas ceremonias sus restos a sus familiares más cercanos. En el día de hoy se realizaran sus funerales. Así, concluye una incansable y porfiada búsqueda de verdad durante 36 años. Ahora, seguramente la tarea será bregar por hacer justicia.
FRACASA EL BORRAMIENTO DE HUELLAS
El año 2007 el ministro Víctor Montiglio siguiendo la pista a las confesiones de diversos agentes de la DINA pudo llegar a Cuesta Barriga, uno de los sitios escogidos para hacer desaparecer prisioneros políticos pertenecientes al MIR y al PC. En dicho lugar, los peritajes revelaron que las acciones para borrar las huellas de dichos entierros clandestinos, habían dejado diversos restos humanos que periciados por el SML mediante pruebas de ADN hoy están permitiendo comenzar a entregar a los familiares certezas de identidad de sus seres queridos en un 99%.
El director del SML doctor Patricio Bustos manifestó el viernes último “aquí falló la operación del terrorismo de estado de ocultar lo sucedido y ello es un mérito en primer lugar de los familiares y de su actitud tesonera y en ello nosotros hemos contribuido como SML con nuestro trabajo metódico y riguroso, como organismo del Estado de Chile.”
LA ENTREGA DEL SML
En las dependencias del Programa Especial de Derechos Humanos del SML, el viernes 27 de julio se dieron cita a las 10:00 horas en punto, familiares y amigos de Ángel Guerrero militante del MIR y de Fernando Ortiz, Lincoyán Berríos y Horacio Cepeda militantes del PC, todos detenidos desaparecidos el año 1976 por la DINA y que primero estuvieron en Villa Grimaldi y finalmente fueron muertos en el cuartel de Simón Bolívar.
Allí, estaban las hijas y los hijos, los hermanos y hermanas, sobrinos y nietos de cada uno de ellos. La madre de Ángel, la señora Ana Rosa junto a sus hijas Jeannette, Ana, Custodio y Washington. Las hijas de Fernando Ortiz Licha y Estela. La hija de Lincoyán Berríos Pamela junto a sus hermanas, además de dirigentes de ex prisioneros políticos y de las agrupaciones de familiares de DD.HH.
En el segundo piso del vetusto edificio de Avenida La Paz los recibió el director nacional del SML doctor Patricio Bustos acompañado por la abogada Verónica Ruiz ; Marisol Intriago, encargada de la Unidad Especial de Identificación Forense; Joyce Stockins , arqueóloga forense; Macarena Hevia, antropóloga física; Agustín Hernández, fotógrafo forense; el custodio Christian Cornejo y Sergio Cornejo Auxiliar Técnico. Con solemnidad y frente a todos los familiares allí presentes el doctor Bustos les dice “este momento es vuestro” y a partir de allí, el equipo multidisciplinario se fue reuniendo con cada familia para explicar las pericias, responder preguntas o simplemente acompañar. Posteriormente, cada grupo familiar quedará en un ritual privado tras 36 años de la historia de cada una de esas familias.
EL RITUAL DE LOS GUERRERO CARRILLO
Allí concurrió la familia de Ángel Guerrero, “Emiliano” para sus compañeros de militancia en la clandestinidad y en el MIR. El estudiante del Liceo 7, el integrante de los bomberos de Macul, el trabajador voluntario en Osorno y Cabildo, el dirigente estudiantil y el activista político que sorteo peligros durante demasiado tiempo perseguido en una feroz cacería.
En una sala se reunieron quince familiares de Ángel. Estaba su madre Ana Rosa Carrillo, quien fuera su pareja Susana Flores, sus hermanos Custodio y Washington y sus hermanas Ana y Jeannette. Sus sobrinos y sobrinas, cuñados y cuñadas, además de amigos especialmente cercanos. Los hermanos de Ángel guardan silencio, mientras se escuchan sollozos y se reparten pañuelos de papel. La señora Ana Rosa de 84 años con delicadeza irá besando cada fragmento que allí representará el cuerpo de su hijo Ángel y lentamente lo irá guardando en una pequeña cajita de madera, gesto que repetirán algunos de los presentes. Antes de cerrarse el féretro, Milenka Yáñez, una sobrina colocará un pequeño regalo para el tío, que seguramente ha conocido sólo por fotografías y recuerdos.
Todo será sencillo y respetuoso. Muy pronto comenzarán a brotar remembranzas de Ángel. Será su hermano Custodio quien mencionará a los tres mosqueteros por los tres hermanos hombres…y al árbol del jardín de la casa familiar donde Ángel se refugiaba en caso de una travesura…y se añadirán objetos que pertenecieron a Ángel, como ese pequeño gallito de plástico. En esa rueda de recuerdos, será Jeannette quien compartirá a su grupo familiar momentos en que fue a Villa Grimaldi a “ver y conversar” con su hermano Ángel, cuando estaba embarazada, era el 2007 y por primera vez surgían antecedentes que mencionaban que sus restos podían estar en Cuesta de Barriga.
Familiares portan los restos de Lincoyán Berríos
Hoy serán los funerales de Ángel, Lincoyán, Horacio y Fernando. En estas horas centenares y miles de amigos y compañeros de militancia que los conocieron y recuerdan estarán en estas ceremonias. Simultáneamente, muchos jóvenes aprenden de estas historias de coraje, cuando Chile estaba en dictadura y estar en clandestinidad podía significar perder la vida, la libertad o sufrir graves torturas.
Y así, la rueda de la Memoria continua arrojando a casi 40 años, nuevos testimonios de verdad.
Texto: Ignacio Vidaurrázaga
Fotografías: Luis Arellano
COMUNICACIONES VILLA GRIMALDI
28 de julio 2012