A raíz de las declaraciones de la diputada Gloria Naveillán, quien afirmó que la violencia sexual ejercida en contra de prisioneras mujeres durante la dictadura “eran denuncias que no están probadas”, negando además “que haya sido una práctica sistemática”, se han levantado numerosas voces para desmentir sus afirmaciones.
Una de esas voces es la de Soledad Castillo integrante del directorio de Villa Grimaldi, detenida en 1974 cuando tenía 15 años quien recuerda la dolorosa experiencia vivida aquí y el largo camino para salir adelante y que significó una lucha judicial para el reconocimiento de la violación como método de tortura utilizado por la dictadura.
Cuenta que la primera querella por delito de violación se presentó el año 2014, patrocinada por la Villa Grimaldi. “Eramos cuatro víctimas -Nieves Ayress, Alejandra Holzapfel, Nora Brito y yo-, sobrevivientes que exigimos se contemplara el delito de violación como lo señala el derecho internacional es decir como un delito de lesa humanidad”. Puntualiza que en nuestro código penal se hablaba de “abusos sexuales”, lo cual es muy general porque una tocación es un abuso sexual, pero especificamente el delito de violación no está contemplado en nuestra legislación. Por eso en la querella pedíamos que se reconociera el delito de violación como método de tortura.”
Añade Soledad Castillo que “en la sentencia de esa querella se reconoció el delito de violación, lo que para nosotras fue muy importante y relevante porque permitió visibilizar esta atrocidad y darle valentía a las víctimas. Ser víctima de violación es, hasta nuestros días, algo muy duro de contar…por muchos años muchas no se atrevieron a compartir lo que les sucedió. En mi caso, luego de 30 años me atreví a volver a Villa Grimaldi y hace no más de ocho años que soy capaz de pasar al lado de un árbol de este parque en el que, luego de ser violada y haberme atrevido a denunciar ese vejamen, en julio del año 1976, me mantuvieron amarrada desnuda.
Alejandra Holzapfel y Soledad Castillo, dos de las primeras cuatro querellantes por violencia sexual
La ex prisionera señala que “la sentencia del año 2014 permitió revelar esta práctica brutal y sistemática que se aplicó en todos los centros de tortura de la dictadura. Todas las mujeres que viveron la prisión y la tortura fueron víctimas de violación y abuso sexual. Y desde el 2014 en adelante, gracias a esa querella más personas se han atrevido a denunciar el delito inclusive muchos hombres.
Por todo esto, puntualiza, “las declaraciones de la diputada Naveillán me parecen impresentables y crueles para con las víctimas; yo hablo desde mi experiencia personal fui detenida con 15 años y me trasladan a este lugar, a Villa Grimaldi, en donde fui violada; me costó muchos años poder verbalizar lo que me pasó y traspasar en palabras el dolor y el tormento vivido en este lugar”.
Soledad Castillo señala que “el daño fue permanente y muy difícil de superar, por falta de apoyo y porque nadie estaba preparado para eso y porque nos hemos enfrentado a un negacionismo durante muchos años. Pese a eso, hemos conseguido a través de los años que la comunidad y el mundo conozca cómo las mujeres fuimos especialmente sancionadas por el hecho de participar en política; las mujeres sufrimos un trato distinto, una sanción especial por salirnos “del rol histórico”. Ha sido muy doloroso escuchar a Naveillán, es volver a vivir y retroceder, luego de habernos atrevido a denunciarlo”.
Finalmente, Soledad remarca que “por este tipo de declaraciones es que son tan relevantes sitios como el Parque por la Paz Villa Grimaldi, “porque creo que para las nuevas generaciones escuchar el trabajo de la memoria es muy importante, por eso este sitio es tan valorable porque a través de este lugar, con el relato y a través de visitas guiadas de mujeres que pasamos por aquí sensibilizamos a l@s jóvenes que pasan por aquí y es algo que ellos pueden entender y que nunca vuelvan a ocurrir y es algo que yo veo a diario en ell@s.